Cuba y EEUU celebra mañana en La Habana la cuarta ronda de diálogo migratorio desde su reanudación en 2009, que puede tratar sobre la detención en la isla del contratista estadounidense Alan Gross, entre otros asuntos.

La cita en La Habana tendrá lugar después de la tercera ronda realizada en Washington en junio pasado, y constituye el intercambio político más importante que sostienen ambos países, sin relaciones diplomáticas desde 1962.

El presidente estadounidense, Barack Obama, decidió reanudar en julio de 2009 el diálogo migratorio como parte de una serie de medidas de su administración para desbloquear las relaciones con Cuba, después de que su antecesor, George W. Bush lo suspendiera en 2004.

En Cuba no se ha informado oficialmente de la reunión de mañana miércoles, que fue anunciada la semana pasada por el secretario de Estado adjunto estadounidense para Latinoamérica, Arturo Valenzuela.

En las conversaciones, Estados Unidos estará representado por la subsecretaria de Estado adjunto para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, que encabeza un equipo formado también por representantes de otras agencias, como del Departamento de Seguridad Nacional y del Departamento de Justicia, además del Departamento de Estado.

Es previsible que Jacobson aproveche la reunión para insistir en la necesidad de liberar de forma inmediata al contratista Alan Gross, detenido desde hace más de un año en Cuba por haber distribuido ordenadores portátiles, móviles y otros equipos tecnológicos en la isla.

El Gobierno cubano lo acusa de espionaje, aunque no ha presentado cargos en su contra, mientras que Washington ha negado tajantemente esa imputación.

El pasado octubre, Arturo Valenzuela reconoció que el caso del contratista impide un mayor y más amplio diálogo con Cuba sobre otros temas, tras una reunión que sostuvo con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, durante la Asamblea General de la ONU.

En la isla, sus autoridades dicen que el caso de Gross se tratará de "manera adecuada y respetando los procedimientos" y sostienen que el contratista "violó leyes cubanas, violó la soberanía nacional y cometió delitos que son punibles", según declaró en diciembre a periodistas el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón.

En su política para relajar las relaciones con Cuba y el bloqueo económico que EEUU mantiene sobre la isla desde 1962, el Gobierno de Barack Obama implementó medidas como la reanudación del servicio directo de correos y la supresión de restricciones al envío de remesas y viajes a la isla por parte de los cubano-americanos.

No obstante, Obama ha condicionado la adopción de nuevos pasos a que el Gobierno presidido por Raúl Castro demuestre que es "serio" y tome medidas para aumentar la "libertad" en la isla.

Por su parte, el presidente cubano ha criticado la falta de "credibilidad" de la política estadounidense hacia la isla, y ha denunciado que en 2010 Washington "endureció" el bloqueo y volvió a incluir a Cuba en sus "listas espurias".

En su discurso ante la Asamblea Nacional en diciembre pasado, el mandatario cubano afirmó que no se aprecia en Estados Unidos "la menor voluntad de rectificar" su política hacia Cuba ni de eliminar "sus aspectos más irracionales".