Jásico podría ser el nombre o el pseudónimo de una persona. Sin embargo, es el resumen de una idea puesta en marcha por adolescentes tutelados por el Gobierno canario o que ya han salido de los centros, que ha fraguado en un "mundo" desconocido para ellos.

El nombre de Jásico (Jóvenes amigos sin color) fue inventado por ellos mismos para definir los proyectos que iban a realizar estos menores, que tras ser declarados en desamparo se encuentran en régimen de protección. El grupo está formado por adolescentes canarios y extranjeros (de cayucos o pateras).

Todos son tan emprendedores que han tardado poco tiempo en tener amplia repercusión europea, gracias a la iniciativa "Enhúfate a 100teme" (título sugestivo que significa un invitación para todos los que quieran sintonizar en su nueva emisora de ilusiones), a través de la Agencia Nacional Española del Programa de Juventud en Acción, que ha facilitado el desarrollo de cuatro talleres diseñados y desarrollados por los adolescentes.

El taller de música incluía no sólo la puesta en escena, sino también la creación de instrumentos -con material reciclado- y conocimiento de la historia musical.

Aquí han participado 15 chicos de entre 13 y 20 años, con una media de 8 participantes. Ellos han elaborado los instrumentos y han conocido la obra de Mozart, Eminen, 50 cent, Madonna, Michael Jackson, Blues Brothers, Aretha Franklin, Louis Armstrong, Bob Marley, Queen, Meat Loaf, Elvis Presley o Camarón.

Al final, el grupo compuso su propia canción, con una coreografía específica.

El taller de fotografía incluyó el tratamiento y la técnica de las imágenes. Han participado 11 jóvenes, guiados por Désirèe Martín, fotógrafa de este periódico, quien les ha abierto los ojos a otra forma de ver las imágenes de lo cotidiano. El resultado ha sido que algunos jóvenes han descubierto que esa será su profesión en el futuro.

A estos dos talleres se suma otro de deporte, que ha incluido uno que se practica poco en Tenerife, el kin ball, "que ha levantado a más de uno del sofá", tal y como explicó Marta Ribes, trabajadora de la Asociación Kanaria de Infancia (AKI), quien explicó que se trata de un juego puesto en marcha por los 16 participantes del taller de deporte, que también se han practicado juegos tradicionales. Por último, el taller de radio, espacio abierto en el que los adolescentes han aprendido a expresar sus sentimientos y preocupaciones, con el añadido de que todos han superado el miedo a hablar en público.

Todos han sido supervisados por Marta Ribes, tutora de Jásico, y han contado con la colaboración de los voluntarios Patri y Borja.

El testimonio de Maikel es revelador: "Ahora somos algo más que un grupo, porque yo vengo a los talleres no sólo para participar y aprender, sino que me siento libre, escuchado y acogido por los demás, porque hay sintonía entre todos para contar nuestras cosas y siempre encuentro ayuda y respuesta".

Así explicaba Maikel su experiencia del año que lleva en Jásico, donde, a pesar de ser menor de edad es uno de los coordinadores del grupo, con la responsabilidad de encauzar las actuaciones negativas de los demás participantes.

Todo empezó en noviembre de 2009, cuando a un grupo de jóvenes de entre 15 y 25 años se les ofrece desde AKI la oportunidad de realizar un proyecto "por y para ellos mismos", señaló Ribes, que logra identificarse con los adolescentes con los que trabaja, sin dejar en ningún momento de ejercer su autoridad con ellos. "El éxito de Jásico es que cada uno lo ha interiorizado como suyo", apuntó Ribes, quien resaltó que los jóvenes se ilusionaron desde el primer día y no han abandonado el ímpetu en ningún momento".

Aziz es uno de los encargados de explicar en Presidencia del Gobierno este proyecto ante un auditorio de más de 40 personas de distintos países europeos. Nunca se había visto en otra, pero lo bordó.

"¡Dios mío, esto sólo lo he visto en las películas!", exclamó el joven saharaui al encender el micrófono".

Los talleres se han realizado entre julio y diciembre de 2010 y en total han participado 56 adolescentes. Ribes dijo que son pocos los que han dejado los talleres y ha sido porque han cumplido los 18 años y encontrado algún trabajo que no les ha permitido la continuidad.