EL CÁNCER del colonialismo que nos subyuga, aprisiona y políticamente esclaviza ya por cerca de seis míseros siglos de perpetua pesadilla, con su persistente criminal negación y degradación del hecho de nuestra existencia como pueblo precolonial y postcolonial, llega a tal extremo de mezquina ruindad que aún la historia de los dos penúltimos siglo no está ni documentada de manera formal y metódica, junto a la inducida actual monstruosa invasión de más de un millón de colones invasores, nacidos fuera de nuestro Archipiélago y, consecuentemente, sin sentido patriótico ni de lealtad alguna para Canarias, y aún mucho menos para los canarios, con los que, de hecho, antagonizan y compiten en todo, nos deja en la peor situación jurídica internacional frente a África, que la presión británica de las Falkland (Malvinas) respecto a la también continental vecina Argentina, al darle gratuitamente a Marruecos en bandeja colonialista un millón y pico de razones para que invada y tome posesión de nuestro territorio.

Y además de haber vendido como esclavos a parte de nuestros ancestros. En el Tratado de Tordesillas canallescamente entregan nuestras Islas Salvajes a Portugal a cambio de la propiedad de un insignificante islote fronterizo en la desembocadura del Guadalquivir; y aún en el no lejano 1909, estuvo intentando vender nuestra isla Awara (La Palma) a Alemania, interrumpiéndose el negocio debido a la I Guerra Mundial.

El 7 de noviembre de 1975, el actual rey de España desembarcó en El Aaiún asegurando solemnemente a sus súbditos saharauis de la 53 provincia española y portadores del DNI ante el mundo que España nunca los abandonaría. Cediendo a la presión del voraz expansionismo del imperio marroquí, incrementado con la ''Marcha Verde'' del 20 de octubre del mismo año, apenas doce días después de tal visita, entregaba sin escrúpulo alguno a nuestro vecino de enfrente, Sahara español, a Marruecos, y una tercera parte de su territorio a Mauritania, en el infame Tratado Tripartito de Madrid, a pesar de que el prestigioso Tribunal Internacional de La Haya le había dado el 16 de octubre de 1975 los derechos a España. Es obvio que después de haber fácilmente tomado el Sahara Occidental (puro regalo del colonialismo que nos domina) y él la inmensa parte de nuestra zona marítima y espacio aéreo que nos rodea.

Marruecos ya tiene las bases legales que le dan ventaja para que sea Canarias su próxima conquista, a la que ya incluye con ostentación en su mapa imperial y en el nacional de carreteras, siendo consciente de la debilidad e indefensa Patria Archipielágica, que, para nuestra fatalidad e infortunio, está gobernada por esbirros de los partidos ocupas colonialistas PSOE y PP y las restantes serviles vendepatrias de CC, ocupando el espacio nacionalista y descaradamente proclamándose muro de contención contra la libertad que supone la justa soberanía e independencia de Canarias. Sátrapas de la política en esos partidos, susceptibles a ser sobornados por el mismo Marruecos, llegado el triste caso.

El tiempo está a favor de tal nación, e inexorablemente día a día corre contra Canarias y sus nativos isleños. País en espera de una ocasión propicia, como fue la del final del Caudillo, don Francisco Franco, para tomar el Sahara Occidental. Estando de momento muy ocupada asesinando y masacrando impunemente al resto de la traicionada y abandonada nuestra vecina población saharaui. Pero sabe demasiado bien que lo mismo que se desmembró Yugoslavia, otro tanto puede pasar con el creciente soberanismo de las naciones que componen España, y una vez esta sin existencia como Estado, Canarias caería como fruta madura en sus manos.

Resulta absurdamente demencial y suicida para los que nos identificamos y amamos a esta tierra atlántica continuar dejando la custodia de nuestra seguridad, y determinación del destino de nuestra Patria Archipielágica, en manos del vil colonialismo que nos destruye.