LAS ADMINISTRACIONES públicas actúan en el sector de la Educación Infantil, en el ciclo de 0 a 3 años, de dos maneras diferentes, directamente o indirectamente. Directamente, gestionando las escuelas infantiles de titularidad pública. Indirectamente, suscribiendo conciertos con los centros privados o emitiendo el llamado cheque escolar infantil. En ella, la Administración sufraga parte o todo del coste del niño en un centro privado.

La Comunidad Autónoma ha apostado, hasta hoy, por la gestión directa de las escuelas infantiles. Paradójicamente, las escuelas infantiles autonómicas pertenecen a la Consejería de Bienestar Social, no a la de Educación. Sería más lógico que las gestionara ésta. Sin embargo, Educación se ha desentendido de la gestión de las escuelas infantiles y Bienestar Social quiere transferirlas a los ayuntamientos.

Las escuelas infantiles públicas deberían ser gestionadas por los ayuntamientos, no por el Gobierno de Canarias, y éstos deben escolarizar en sus centros sólo a aquellos niños cuyos padres no tienen recursos para pagar un centro privado, complementando la oferta de plazas gratis mediante el cheque escolar infantil.

La Comunidad Autónoma ha tardado más que la mayoría de las comunidades españolas en asumir las competencias, o más propiamente, ejercerlas, en educación infantil. El Decreto 201/2008, de 30 de septiembre, de la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes es la primera normativa educativa autonómica que regula este sector.

El retraso en la asunción de sus competencias por parte de Educación ha venido motivado, en gran medida, por el temor de la Consejería a que estos centros solicitaran conciertos, como el resto de los colegios privados. Dos de los argumentos más utilizados por Educación para negarse a concertar en este tramo educativo son la no obligatoriedad de la enseñanza de 0 a 3 años y las limitaciones presupuestarias para afrontar las previsibles solicitudes de conciertos.

La Consejería de Educación debería concertar, como hacen otras comunidades, con las escuelas infantiles privadas, igual que con los colegios privados, porque la no obligatoriedad de la enseñanza en este tramo de edad no puede penalizar a los padres que decidan escolarizar tempranamente a sus hijos de 0 a 3 años, ya que éste debería ser un objetivo educativo a impulsar desde la propia Consejería.

Una alternativa al concierto puede ser el llamado cheque escolar infantil. El cheque escolar infantil es una ayuda económica que la administración concede a los padres para la escolarización de sus hijos en centros privados. La ayuda puede ser parcial o total, sufragando completamente los gastos del niño. Las razones en las que se fundamenta el cheque escolar son la insuficiencia de plazas públicas y la incapacidad económica de muchos padres para pagar un centro privado.

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife puso en marcha su cheque escolar infantil el pasado mes de septiembre. La finalidad de esta ayuda es propiciar la escolarización a jornada completa, incluida la comida de niños cuyos padres, por su situación económica, no pueden pagar un centro privado. Los padres pueden elegir libremente cualquiera de los 23 centros privados, aprobados por el Ayuntamiento y que aceptaron las condiciones de este programa.

El Ayuntamiento paga directamente a los centros hasta 300 € por niño, al mes. Actualmente, más de 100 niños están ya acudiendo a centros privados en Santa Cruz, gracias al cheque escolar infantil, y se espera que antes de final del año la cifra llegue a los 300. En los presupuestos del próximo año, a pesar de las restricciones económicas impuestas por la menor recaudación municipal, el Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), que gestiona los servicios sociales, mantendrá el mismo esfuerzo que este año para el cheque escolar infantil.