QUE CONSTE, que un servidor no tiene nada personal contra don Guillermo García, que se hace llamar Willy y usa el sustantivo inglés a manera de "nombre de pista", práctica que suelen utilizar algunos artistas. El periodista que suscribe trabajó, en cargos de jefe de Programas y responsable de Informativos, en Radio Juventud de Canarias, luego Radiocadena Española, durante 36 años, y por ello conoce bien lo que es la tarea radiofónica dentro y fuera de la emisora ya que, además, bajo su mando trabajaron radiofonistas tan destacados como los locutores y realizadores José Antonio Pardellas, luego director de Radio Nacional de España en Canarias, Manuel Escalera, César Fernández Trujillo, Fernando González Delgado, director que fue de Radio Nacional en Madrid; Matilde Guadalupe, Angelines Villegas, Enrique Agulló y otras casi legendarias figuras de la radiodifusión en Canarias y fuera de ella.

Trabajó conmigo en este periódico, como redactora, cuando fui redactor-jefe y subdirector del diario, María Luisa Arozarena, que también fue directora de Radio Nacional de España en Canarias.

Todo esto lo cuento para demostrar mi vinculación con la radio que me permitió, repito, conocer profundamente todo lo que concierne a este trabajo y a las personas vinculadas a esta profesión desde los años cincuenta, en que comenzó a emitir Radio Juventud, hasta estos momentos en que sigo trabajando en tareas informativas desde la prensa.

A don Willy García sólo lo conozco como presentador de algún que otro espectáculo teatral o carnavalero, pero no es ni figura ni profesional destacado de mi tiempo radiofónico e informativo, que es muy largo. Por eso no comprendo cómo el Gobierno de Canarias pudo nombrarlo director de la estación de TV autonómica. Se trata de un ilustre desconocido, entonces, en los medios con el único mérito de presentar, malamente a modo de pregonero de pueblo, espectáculos sin ni siquiera hacerlo con profesionalidad.

Para hacer el gusto a algunos caprichosos y farolísticos miembros y miembras de Coalición Canaria, se creó el innecesario y despilfarrador invento radiofónico. Los señores de Coalición Canaria querían una emisora sólo para ellos y para su propaganda electoral y de la otra. Se creó, contra viento y marea, la que llaman "la autonómica" con la disconformidad de los medios informativos y de casi todo el pueblo. Este engendro radiofónico constituye un sumidero insaciable de dinero y por él no ha pasado ni la crisis que sufre el país y casi todo el mundo porque el Gobierno de Canarias saca dinero que, necesariamente, tiene que restar de otras partidas tan necesarias como la sanidad, según se comentó hace unos días en esta columna.

En este panorama de carísimas chapuzas, para más inri, la llamada Comisión de Control de RTVC creada en el Parlamento de Canarias para cuidar de que los que mandan en "la Autonómica" no se salgan del tiesto, cita al señor García para que comparezca ante la Cámara legislativa pero don Willy no aparece por la sesión alegando que está enfermo, cuando ese mismo día mi compañero Andrés Chaves asegura, en su columna "Superconfidencial" de este diario, haberlo visto, a media noche, en un conocido restaurante de Santa Cruz, y, agrega el periodista, que no es la única vez que falta a la Comisión y yo le creo.

Si así se escribe la historia, esta historia, llena de incongruencias, es indigerible para la ciudadanía. De acuerdo en que, cuando se creó RTVC no había crisis, aunque su puesta en funcionamiento no era necesaria y constituía ya un despilfarro. Aunque no me consta, supongo, que en la supresión de empresas que propuso el destituido consejero de Economía, señor Soria, estaría o debería estar "la autonómica", pero el señor presidente no hacía caso de los consejos de este competente economista. Pero opino que nunca es tarde.