La Guardia Civil ha dejado de imponer 20.000 multas en diez días, según su propio sindicato. No sabemos cómo se calcula eso de "dejar de imponer", pero lo cierto es que el tráfico discurre mucho mejor sin la obligada -por Interior- presión de los agentes de verde, descontentos con el Ministerio del Interior de Rubalcaba, que en los últimos meses no da una en el clavo.

Al mismo tiempo de que los guardias, hartos, deciden conceder una tregua a los bolígrafos, el director general de Tráfico, el catalán Pere Navarro, envía a algunos periódicos un largo artículo en el que hace estadísticas comparativas con otros países. Reconoce que España copió el carné por puntos a Francia, dice que 60.000 conductores se han quedado sin puntos en España y se cura en salud indicando que si en una semana se producen más muertos en las carreteras que en las mismas fechas del año pasado no debe suponer que el carné por puntos esté fallando, sino que la estadística hay que valorarla globalmente y no semanalmente. Más o menos, porque la cita no es literal.

El Ministerio del Interior, como es norma en este Gobierno socialista de Zapatero, tiene una tremenda propensión a castigar a los españoles para recaudar más. Les han entrado a los socialistas, despilfarradores profesionales, unas enormes ganas de sacar el dinero a los ciudadanos, por cualquier vía. Han pretendido que la promoción de los agentes de la Guardia Civil de Tráfico se realice en base a las multas que impongan a los conductores. La honestidad de la Benemérita ha triunfado sobre la idea: "Ustedes, señores de Interior, no le pueden exigir esto a un Cuerpo honrado y lleno de valores como es la Guardia Civil". Así que se han puesto en huelga de bolígrafos caídos, que es, cuanto menos, una actitud digna y muy consecuente ante la disparatada propuesta del Ministerio del Interior, que dirige "Rasputín" Rubalcaba.

En cuanto al estado del tráfico, no se puede decir que esté peor. La Benemérita cuida de él con el mismo celo que siempre, pero en vez de multar los casos leves, aconseja. A lo mejor está dando una lección a don Pere Navarro y a todos los demás que opinan que las multas son necesarias. Puede que sí, pero en este país en donde el castigo se está convirtiendo en la causa general del Gobierno nos alegra contemplar una actitud mucho más benigna y consecuente. A lo mejor la Guardia Civil nos vuelve a dar una lección a todos. No sería la primera ni la última.