Josep Vilageliu, director catalán asentado en Canarias, estrenará esta noche a las 22 horas en el Ateneo de La Laguna "DC Ada", un documental en forma de diario realizado en primera persona que muestra una versión de EE.UU. diferente a la de tantas películas hollywoodienses. Vilageliu, que grabó las imágenes sin la pretensión de ser mostradas, dijo estar sorprendido por la mixtura de Washington, de la que afirmó ser una ciudad magnífica.

¿Cuánto de autobiográfico tiene "DC Ada"?

La obra yo la llamo cine observacional. Es un viaje que hicimos a Washington a ver a nuestra hija Ada y la cámara es mi ojo, un ojo que busca e indaga, y que luego me va a facilitar poder reflexionar sobre aquello que había allí. De autobiográfico tiene que nosotros somos los protagonistas de la película. Es una visión subjetiva de Washington.

¿Por qué ese nombre?

DC viene de Washington DC y Ada es el nombre de mi hija. De todas formas, hay un juego de palabra que me descubrieron a mí y que puede ser "Deseada".

¿Qué muestra este documental respecto a otros?

Lo que muestra sobre todo es una mirada sobre Washington absolutamente opuesta a la visión tópica que uno tiene de esa ciudad en base a lo que ha visto del cine. En Washington cada pedazo de ciudad te suena a otra cosa. Y también la visión que tenemos de Norteamérica es de blancos, rubios, caucásicos, y resulta que la mitad de la población allí es negra. También había muchos latinos. Aquello no parecía EE.UU. Además, el documental muestra la graduación en la Universidad de Howarth.

En el documental muestra dos conceptos antagónicos: la diversidad y la segregación racial. ¿Cómo vivió eso a la hora de grabar las imágenes?

Creía que nosotros nos íbamos a encontrar un poco rechazados en estas situaciones. En una de las celebraciones de la Universidad había más de 20 mil personas, de las cuales el 99,9% era afroamericano. Eso de la segregación no lo vivimos. Es una ciudad magnífica, pacífica, donde cada uno va por su lado. Sí, hay una serie de barrios en los que puede haber segregación, pero hay otros de permeabilidad absoluta.

¿Es un director realista?

Yo creo que no. Tengo dos partes, la de documental y la de cine de ficción. El cine de ficción que yo he hecho son artefactos muy barrocos, donde mezclo códigos del teatro o de la música, cine de investigación. En cuanto a documentales, siempre he intentado que sean las imágenes las que lo digan todo, con apenas una voz en off para situar. DC Ada es una sucesión de imágenes de un día a día, como un diario.

¿Cuándo se dio cuenta de que esas imágenes serían exhibidas?

Al editarla y al mostrarla a los amigos. Les preguntaba y se quedaban asombrados al ver ese ambiente de Washington. Es como una ventana para pasar al otro lado, un material en bruto, mínimamente montado para poder mostrarlo.

Es un director catalán que vive en Tenerife y que hace un documental en Washington. ¿Hablamos de nacionalismo?

Yo viví la dictadura en Cataluña y la democracia en Canarias. Yo me siento evidentemente catalán por mis orígenes pero las cosas que están ocurriendo son difíciles de entender. Eso sí, yo me siento un director de cine canario.