Siete meses después de las lluvias torrenciales del pasado mes de febrero, las huellas de los graves destrozos que ocasionó el agua en la zona de Los Valles, en la parte alta de María Jiménez, siguen latentes. No sólo son los restos físicos que se aprecian en las carreteras, aún deterioradas y con remiendos en los tramos desaparecidos, sino que también se traduce en las consecuencias que se generan en la forma de vida de las personas que habitan esta zona del Parque Rural de Anaga.

Con estas lluvias, los vecinos de la zona consideran que "llueve sobre mojado", pues muchos de los desperfectos que se originaron hace ahora 8 años, por el temporal del 31-M, han empeorado.

Explican que se carece de medidas de seguridad y "no hay iniciativas para una zona que vive, netamente, de la agricultura y la ganadería, que hoy en día encuentra serias dificultades para producir y comercializar sus productos"

En Valle Crispín hay una vieja aspiración de sus habitantes, que consiste en mejorar el único espacio que consideran debería ser la plaza de esta zona, que aún permanece con restos de escombros y sin ningún tipo de mantenimiento.

Desde la asociación de vecinos Los Valles, sus dirigentes reclaman su acondicionamiento, "y que pongan unos bancos, ya que el sentimiento que tenemos es que muchas personas mayores que la necesitan no va a poder ver cumplido este sueño". Este colectivo lamenta que "tras 5 años reclamando el acondicionamiento de este espacio, nuestros políticos siguen en su empeño de no conocer nuestra realidad, dejando sus promesas a la altura del abandono que padecemos".

Sin embargo, hay otros aspectos que preocupan sobremanera a esta zona, como es el estado de sus carreteras de acceso. Desde que en febrero muchos tramos sufrieran daños, "hasta ahora no se han repuesto para garantizar el paso de los vehículos", hasta el punto de que el transporte público se ha limitado a una pequeña guagua que ha tenido que reducir una parte del trayecto por el peligro de desprendimientos.

Los vecinos lamentan que tras lo ocurrido, "los responsables públicos ni siquiera han venido a comprobar cómo ha quedado la zona", una de las más dañadas por el último temporal, pues explican que "por el estado en que están estas vías, nadie se atreve a subir".

El puente que sortea el barranco en Valle Crispín sufrió con dureza la fuerza de la avalancha de piedras y barro, "destrozando sus barandillas y dejando el paso inestable, lo que ocasiona que los vehículos pesados no puedan circular a través de este paso, una dificultad que se suma a la multitud de baches que se encuentran a lo largo de su estrecha carretera, que al igual que las del resto de Los Valles, cada día nos aísla más".