El libro ''La hija de Robert Poste'' (Impedimenta), de la escritora británica Stella Gibbons, ha alcanzado En España los 20.000 ejemplares vendidos y compite en las listas con autores como Reverte, Dueñas o Asensi, lo que la convierte en uno de los best sellers destacados de este verano.

Este fenómeno editorial está considerado como una de las novelas cómicas de referencia en la literatura inglesa del XX y se edita de modo ininterrumpido desde su aparición, en 1932. Hasta ahora nunca había sido traducido al castellano y gracias a su éxito se imprime una nueva reedición casi cada semana.

Parte de la clave de su rápida aceptación es que se trata de una parodia muy amable pero muy ácida de las novelas rurales inglesas que hablan de pueblos bucólicos, con su vicario y sus pastores de vacas. Además, se trata de una novela con gran capacidad adictiva, que engancha muy rápido y ofrece comedia y enredos sentimentales.

Su protagonista, Flora Poste, es una huérfana de buena familia cuya máxima aspiración es arreglarle la vida a sus rústicos parientes campestres, los Starkadder. Esta historia se desarrolla en el escenario de la granja de Cold Comfort Farm, donde habitan personajes disparatados, caricaturas de las novelas de Jane Austen, D. H. Lawrence o las mismas hermanas Brontë.

El secreto reside en el contraste entre los buenos modales de Flora y el salvajismo casi surrealista de los parientes. Lejos de dejarse intimidar por la rusticidad de su nuevo hogar, la protagonista de esta novela se pone manos a la obra para transformarlos, uno por uno.

Stella Gibbons (Londres, 1902) publicó ''La hija de Robert Poste'' cuando todavía era joven y relativamente desconocida. Periodista antes que escritora (trabajó como redactora en el ''Evening Standard'') recibió una educación típica de la clase media inglesa suburbana. Su padre, un individuo bastante singular, ejercía como médico en los barrios periféricos más pobres de Londres y era dado a los ataques de odio hacia el género femenino en general. Esta turbulenta infancia marcó a Stella Gibbons, que utilizó parte de ese material para crear a los grotescos Starkadder, protagonistas de esta obra.