El torneado de la madera se ha convertido por mérito propio en una expresión artística de primer orden, que va más allá del concepto de artesanía, en el que Rafael Saigi, figura entre sus referentes más significativos de La Orotava, donde reside desde hace 30 años, y de las Islas. Su reconocimiento y prestigio le han encumbrado en la coordinación del I Encuentro Nacional de Torneado de la Madera, que tendrá lugar en el marco de la XXV Feria de Artesanía de Pinolere, la primera semana de septiembre.

Rafael Saigi señala a EL DÍA que "me convertí en torneador de la madera sin conocer el oficio en 1998, pero luego opté por su aprendizaje y el trabajo de la misma propiamente dicho. Esta modalidad ha pasado a ser una especie de afición, más que una profesión reglada en la actualidad, aunque en Tenerife se están formando unos 70 artesanos".

El torneado es una especialidad de la carpintería que por sí mismo, o de forma aislada, apenas da para subsistir, por lo que se complementa con otras actividades. Esta especialidad abarca desde la decoración hasta la artesanía.

La obtención del primer premio de la Feria de Artesanía de Santa Úrsula, en la que el gerente de la Asociación Cultural Pinolere, Jesús García, formaba parte del jurado calificador, fue el espaldarazo para que los organizadores de la XXV Feria de Pinolere le confiaran la coordinación del I Encuentro Nacional de Torneadores de Madera, que tendrá lugar durante la primera semana de septiembre en el parque etnográfico que reunirá a 27 artesanos de las comunidades autónomas de la Península y Canarias.

Rafael Saigi apuesta por que esta disciplina artesanal, considerada como un auténtico arte, pase a formar parte del plan de estudios en la Formación Profesional, en el ámbito de la asignatura de Carpintería o que se la considere como una materia independiente en la oferta educativa de la Comunidad Autónoma. En este sentido, subraya que se han establecido contactos con vistas a la posible inclusión de esta modalidad en la oferta de la Formación Profesional.

Rafael Saigi destaca el respaldo de la empresa Sagrera Canaria al sector del torneado de la madera, con la formación de 70 artesanos en curso, hecho que, a su entender, se traducirá en una proyección importante de este oficio y en el desarrollo de futuras exposiciones. Un impulso significativo que contribuirá a recuperar la rentabilidad del oficio, dado que se ha ido perdiendo por la falta de incentivos.

Los objetos artesanales han sido objeto de inspiración de los pintores y artistas, de ahí que la artesanía trascienda más allá de su conceptuación original.

La materia prima para el torneado es la madera, generalmente, de la procedente de los árboles frutales. Se pueden confeccionar miniaturas de diseño como bolígrafo, trompos o peonzas, bolígrafos, cofres, vasijas o incluso piezas para usos en la cocina como morteros. Su utilidad se ha demostrado desde la antigüedad en la confección de los balaustres, en obras de arquitectura o de carpintería de los edificios.

Saigi insiste en que cualquier madera puede ser torneada y alude a los troncos de los ciruelos, nogales y palo blanco.

Las herramientas básicas para el torneado, según explica Rafael Saigi, suelen ser la gubia, el escoplo o el torno de pedal. También se utiliza maquinaria moderna que agiliza el trabajo, pero no es lo mismo que la manufactura directa o la labor manual. Sin embargo, sostiene, pese a los intentos de mecanización, que "el torneado no se puede automatizar, dado que es, ante todo, una labor manual, que requiere precisión en la ejecución y plasmación de las figuras o diseños. Para el empleo de las herramientas hay que tener cuenta la textura de la materia prima, su grado de dureza. Para el acabado de las piezas artesanales se suele emplear cera o laca, por regla general, dado que secan antes, mientras que el uso del barniz es mucho más complejo y tarda más en fijarse.