La comarca Nordeste de La Laguna conserva muchos encantos y rincones predilectos de numerosos tinerfeños. Sin embargo, existe cierta coincidencia general en que Punta del Hidalgo tiene un plus, un algo más que la hace especial. Será por su esencia pesquera que aún se intenta mimar, por su trama urbana hacia la montaña, pero mirando al mar, sus zonas de baño, la agricultura conservada o sus vistas de la costa, pero el espíritu se alegra con sólo visitarla. Sus vecinos se saben privilegiados por estos valores, aunque no esconden sus resortes reivindicativos y, entre otras cosas, exigen precisamente que se reordene el litoral para controlar la infinidad de vehículos que, sobre todo en verano y durante los fines de semana, acceden a los charcos y la parte final que da nombre al enclave por la pista de tierra del famoso faro.

La AAVV Aguacada, el principal referente vecinal en La Punta y que preside Miguel Alonso, considera clave ese mayor control en el litoral para poder mantener el acceso sin cambios. Para ello, plantea como alternativa una vía paralela que atraviese la finca anexa con aparcamiento al final o dos que bajen desde la carretera general y que terminen también en estacionamientos con suficientes plazas para poder servir de alternativa efectiva a los usos actuales.

La entidad vecinal confía en que el nuevo Plan General cumpla con la principal reivindicación de los 3.000 residentes de media que suelen pasarse todo el año en la Punta, cifra que aumenta en verano, aunque no tanto como en el anexo pueblo de Bajamar: que no se crezca urbanísticamente. El gobierno local lo garantiza, pero la oposición socialista tiene amplias dudas sobre el cumplimiento de lo acordado y sobre si, en realidad, se propiciarán equipamientos y otros cambios que van en contra del sentir general de los punteros.

Alonso sí echa de menos un plan de actividades económicas al albur de ese documento que, entre otras cosas, permita mejorar el actual puerto, así como que se propicie la inversión privada para crear puestos de trabajo en el subsector turístico, "aunque siempre desde el mayor consenso entre los vecinos y las administraciones competentes, y con el máximo respecto medioambiental".

En este sentido, el presidente alude a la posibilidad, en el pasado, de que se habilitara un campo de golf en la finca de la parte final del citado paseo litoral, aunque surgió un potente movimiento en contra que lo impidió mediante la recogida de firmas. A su juicio, y a título personal, no estaría de más replanteárselo o buscar otras alternativas.

Del resto de reivindicaciones, destaca la petición de que se duplique el personal del centro sanitario local, que se mejore cuanto antes la carretera general (TF-13) y que se habiliten canchas de tenis, pádel y squash, lo que permitiría que, junto al resto de instalaciones situadas junto al campo de fútbol, el pueblo dispusiera de una de las prestaciones de deportivas más completas del municipio.

Según Alonso, y aunque hay fenómenos de menudeo de drogas y algún que otro vecino con antecedentes de robos en casas de la zona, La Punta es un núcleo con bastante seguridad que, eso sí, requiere de mayor presencia policial. Pese a estas carencias, resulta un lugar muy apetecible para las escapadas o, simplemente, para vivir.

Situada junto a Bajamar y antes del escarpado litoral que lleva a Anaga, Punta del Hidalgo es un alivio visual por su combinación de mar, agricultura, urbanismo relativamente ordenado y, sobre todo, esencia costera. Aparte del acantilado y la célebre carretera general, a Bajamar queda unida por la playa de La Arena, en la que se pide una urgente actuación de protección de la ladera para evitar la caída de piedras y tierra, tal y como han aconsejado también los técnicos locales. En esta zona se ubica la popular cofradía de pescadores, el pequeño puerto y la piscina de grandes dimensiones, así como buena parte de los apartamentos y edificios de mayor tamaño (Atlantis Park, Los Tarajales, El Porvenir...), con calles muy propias de una zona costera: Océano Antártico, Pacífico... Más cerca de la Tf-13 se ubica la polémica antena de telefonía de gran tamaño que los vecinos también reclaman que se reubique o desmantele. Antes, los visitantes se topan con las casas de la loma, junto al pequeño barranco. Muy cerca, el colegio con el nombre del pueblo y, en toda la carretera, numerosos bares y restaurantes que, si bien se prodigan en la parte más baja (como La Caseta), han convertido a esta vía en un referente gastronómico (Bar El Calvario, Casa Tita, Mar Azul, Casa Sánchez...).

EQUIPAMIENTOS

La visión de los partidos

El edil de zona, Juan Antonio Alonso, asegura que lo más complicado en La Punta es la mejora de la T-13, aunque subraya las gestiones con el Cabildo. Resalta las obras de repavimentación ejecutadas y las de alumbrado. También garantiza nuevas canchas, que no habrá crecimiento y que se controlará el acceso a la costa, al tiempo que recuerda que la mejora del puerto depende de la Comunidad. Sobre las demandas sanitarias, indica que se da el mismo problema de población que en Bajamar, "ya que un 30% de los residentes no están empadronados", y lo mismo respecto a una guardería.

Esta visión contrasta con la de Javier Abreu. Para el edil del PSC, el borrador del PGO ha creado alarma social "porque no se ha contado toda la verdad, ya que quieren cambiar La Punta en todos los sentidos con infraestructuras imprevistas", aunque no quiso precisar más. A su juicio, se debe mejorar las comunicaciones, la limpieza, el alumbrado e impedir por todos los medios "que se destroce la esencia de la costa y el espíritu de los punteros". Abreu pide mimar la agricultura, la pesca y el turismo desde el equilibro; mejoras sanitarias, una guardería y que La Punta no se convierta en un pueblo dormitorio.

Rafael Becerra (PP), asegura, contundente, que La Punta es una de las zonas "más abandonadas del municipio" y que, por eso, requiere de múltiples mejoras.