Una funcionaria de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) admitió ayer que guardó "en el horno" de su vivienda dos DVD del caso de presunta corrupción urbanística Las Teresitas, con el fin de poder demostrar las horas extras realizadas y pedir una compensación económica.

"Fue un error lo que hice, pero estaba tan mal que mi cabeza no discernía correctamente", afirmó M.J.G., que declaró que cuando se llevó los discos "estaban bajo secreto parcial".

La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas celebró ayer la primera jornada del juicio por sistema de Tribunal de Jurado contra M.J.G., acusada de un presunto delito de infidelidad en la custodia de documentos, por el que la Fiscalía pide las penas de diez meses de multa con una cuota diaria de diez euros e inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de dos años.

La defensa solicita la libre absolución o, subsidiariamente, que concurra la atenuante analógica de dilaciones indebidas y de arrebato u obcecación.

La procesada explicó que se incorporó como funcionaria de auxilio judicial en la Sala Civil y Penal del TSJC, con sede en Las Palmas, el 10 de febrero de 2005 y "al poco tiempo" empezó a colaborar en tareas de tramitación debido a la escasez de personal.

"El 19 ó el 20 de diciembre de 2006" llegaron las diligencias del "caso Las Teresitas" a la Sala, donde ella tomó "la mayor parte de las declaraciones" y realizó "sola" el escaneado.

"Mis compañeras no querían llevar las diligencias porque, como era un tema tan importante, temían que sucediera algún error", añadió.

Alegó que durante las fiestas navideñas de 2007 y principios de 2008 ella se encontraba disfrutando de días de asuntos propios cuando recibió una llamada del TSJC para que suspendiera sus vacaciones ante la intención de la magistrada de la Sala de lo Civil y Penal del TSJC, instructora de dicha causa, Carla Bellini, de que los "miles de folios" estuvieran escaneados el 18 de enero de 2008 para levantar parcialmente el secreto de sumario y poder facilitar una copia en formato DVD a las partes personadas.

De este modo, M.J.G. se incorporó y manifestó que trabajó "desde las siete de la mañana y hasta las nueve de la noche para terminar" a tiempo la tarea que le había encomendado la secretaria judicial, quien, no obstante, se incorporó el 22 de enero a su puesto de trabajo tras días de asuntos propios. Durante esa jornada, ambas verificaron la documentación y la compulsaron.

Confesó que el 24 de enero de 2008 intentó hablar con sus superiores para informarles de las horas extraordinarias que había realizado, pero tanto la magistrada como la secretaria judicial le dijeron que "esperase un momento", a lo que ella contestó ante también sus otras dos compañeras de trabajo: "Váyanse todos a la mierda" y, posteriormente, abandonó las dependencias judiciales. Debido a su exabrupto se le abrió un expediente disciplinario por una falta grave y se acordó su suspensión cautelar, que señaló que "no se ha llevado a cabo" porque está "de baja médica por depresión".

"Lo dije genéricamente y me arrepiento", añadió, al tiempo que explicó que al día siguiente regresó al TSJC para llevarse una copia del caso "Las Teresitas" con el objetivo de "tomar nota de los horarios" que constan en los escritos para que se le compensaran las horas extras durante las tardes y los festivos.

Indicó que el 25 de enero cogió dos DVD, uno de ellos era una copia de seguridad de la causa "que ya estaba hecha desde principios de enero de 2008" y otra copia de la "parte restringida que se le había dado el día 23 de enero a los procuradores". A su salida, le dijo a sus compañeras que le advirtieran a la secretaria judicial de que ella "tenía copia".

Señaló que los escondió "en el horno" de su domicilio, para que estuviera segura de que no tenían acceso ni familiares ni amigos.

"Sólo comprobé que los discos estaban bien, no los visioné. Jamás copié en el ordenador el contenido y nadie los vio". En la actualidad la acusada se encuentra de baja médica y se ha adoptado de oficio su incapacidad laboral, lo que supondría su jubilación.