Hay zonas de la capital tinerfeña donde, para sus vecinos, la sensación de sentirse como en un enclave "tercermundista" no es nada gratuito, pues como en el caso de la barriada conocida como Las Mil Viviendas, en la parte alta de La Salud, el abandono contribuye a que las condiciones de vida no sean las más adecuadas.

Desde que el Plan de Mejora y Embellecimiento se paralizó a escasos cien metros de sus casas, puesto que el dinero del conocido plan de barrios no dio para más, esta zona que se ubica en la parte alta del monumento del Ancla ha entrado en una escalada de carencias, decadencia y deterioro imparables.

Los vecinos aseguran que ya no aguantan "más este olvido", pues la imagen predominante es la de la mayoría de las fachadas de los bloques con problemas de humedad y falta de pintado, incluso con trozos del enfoscado que se ha caído por falta de mantenimiento.

Isidro Rodríguez, vecino del lugar, va descubriendo, una a una, las carencias que se ven a simple vista, donde llama la atención el abandono extremo que presentan los jardines, con plantas y palmeras que se secan por falta de riego y la ausencia absoluta de cualquier tipo de vegetación ornamental en la mayoría de los jardines de los bloques.

En el espacio que se conoce como la plaza de toros -por su aspecto oval-, Rodríguez explica que es uno de los rincones más afectados por la falta de atención, donde algunos de los vecinos han tenido que asumir algún que otro arreglo para evitar el avance imparable de la humedad.

En las fachadas se aprecia que en décadas no se ha podido mejorar ninguno de sus elementos, "porque la gente es pobre o hay muchos que actualmente están en el paro". Así, los habitantes de este barrio señalan que la pregunta es: "¿Dónde está el plan de barrios". Además, también recuerdan que se mantuvo una reunión con la concejal de Urbanismo, Luz Reverón, "para acometer una rehabilitación, pero, al igual que con el plan de barrios, ya nadie sabe dónde están esas promesas".

"Una porquería"

En este recorrido por Las Mil Viviendas, Paula responde de manera inmediata y contundente cuando se le pregunta por el estado del barrio: "Esto es una porquería, porque cuando se empezaron a arreglar otras zonas con el plan de barrios, pensábamos que también se iba a hacer algo aquí, pero, por lo que se ve, de esta zona se han olvidado", y recordó que ya han pasado varios años desde que se acondicionaron los edificios de la zona baja.

Paula señala que, "como todos los vecinos de Santa Cruz, pagamos los impuestos, pero aquí no no han dejado rampas de acceso y los jardines están peor que antes". Confiesa que tanto para ella como para las personas mayores y con problemas de movilidad "estas escaleras que nos han adecuado nos dificultan mucho salir y entrar de nuestras casas".

Isidro asegura que "todos los barrios están todos abandonados, y los políticos sólo están para ir a las fiestas, pero se olvidan de nosotros. Aquí pagamos lo mismo que en el centro, pero, sin embargo, las consecuencias con nosotros es que los responsables públicos se comportan como unos pasotas".

Los males de estas viviendas, que son de protección oficial, una vez que los ahora propietarios superaron el periodo de alquiler durante años, no sólo se centran en las estructuras, sino, como comentan algunos vecinos, "también está el problema de las ratas, que se cuelan por los huecos que han quedado de las obras inacabadas".

En Las Mil Viviendas habitan más de 3.000 personas, y según explican algunos de los que se concentran en la plaza central, "les recordamos a los políticos, de todos los partidos, que aquí los estamos esperando cuando vengan por las elecciones, para recordarles que hace ya muchos años nos quedamos fuera del plan de barrios y que desde esa época se han olvidado, sometiéndonos a una marginación que no nos merecemos".