El director del Archivo Municipal de La Laguna, Luis González Duque, advierte de que la documentación administrativa almacenada en un salón del Camino de La Villa y convertido en un estercolero carece de valor administrativo, jurídico o histórico, por lo que se procederá a su destrucción.

De esta manera sale al paso de la denuncia que el concejal socialista Javier Abreu hizo, a través de este periódico, relativa a que su partido se planteaba emprender acciones legales contra los responsables municipales que han permitido que en el archivo del Camino La Villa haya humedades y filtraciones de agua de lluvia que están deteriorando gravemente cientos de documentos originales allí depositados.

Duque informó de que "primeramente hay que decir con rotundidad que no toda la documentación administrativa generada por un ayuntamiento se debe de conservar. De hecho, según los últimos estudios sobre identificación y valoración documental realizados por la comunidad archivística internacional, y en lo que se refiere estrictamente a la documentación municipal, se está estimando que casi un 70% de la producción documental municipal es factible de expurgo, definiéndose este término como la operación archivística por medio de la cual, de una forma responsable y científica, se procede a la destrucción documental después de haber analizado los diferentes valores que posee un documento".

El director del Archivo Municipal se preguntó si puede el archivero destruir una documentación original, producida en el transcurso del tiempo por una institución, para luego afirmar lo siguiente: "La multiplicación sin medida de los materiales de archivo en los siglos XX y XXI convierte esta duda en una afirmación rotunda. Sólo un proceso de expurgo, de selección y eliminación estricto hace manejable un archivo moderno, sin el cual el acceso a los fondos se convierte en un laberinto del que es imposible salir".

"No podemos imaginarnos -añadió-, desde la óptica de la archivística contemporánea el conservar por ejemplo todas las multas de tráfico que se producen en el municipio, los certificados de residencia para viajes, los mandamientos de pago e ingreso, los expedientes de bonificación por la tasa de basuras, cuando en muchos casos existe lo que en archivística llamamos documentos recopilatorios, que sí deben conservarse, en donde se plasma toda la información de toda esa ingente cantidad de documentos que pueden y deben ser destruidos para el buen funcionamiento de la institución".

Los libros de contabilidad municipal concentran la información económica (libros de registro de pagos e ingresos) que con el tiempo adquirirán un valor histórico indudable y que hacen posible, según Luis González Duque, "precisamente que toda la ingente cantidad de mandamientos de pagos e ingresos (que conforman esos libros) se puedan y se deban destruir".

"Lo importante -apuntó- es la información más que el soporte. Por lo tanto, y según la crítica realizada por el PSC, el que las personas mayores suelan decir que se deben guardar todos los documentos por si acaso, me suena más a antiguos miedos de épocas anteriores que a una visión moderna y científica de la archivística contemporánea que nunca como hoy ha garantizado los derechos de los ciudadanos aportando toda la información y el acceso a la misma. Prueba de ello lo podrá constatar el PSC, que se ha beneficiado continuamente de la buena organización que se tiene en el Archivo Municipal de La Laguna".

Duque también aclaró que desde su responsabilidad como archivero municipal quiere "dejar claro que en este servicio no ha habido nunca ni desidia ni abandono de nuestras tareas profesionales, siendo uno de los archivos más respetados en toda la Comunidad canaria por su altísimo grado de organización y su labor de difusión del patrimonio documental de Tenerife".