La carretera de Taganana sufrió en la tarde de ayer un nuevo desprendimiento de rocas y tierra a la salida del túnel en dirección a esa zona, lo que ocasionó un corte en la circulación del tráfico en ambos sentidos durante varias horas. El motivo de este alud, segundo que se produce en la misma zona en un espacio de un mes, han sido las intensas lluvias que se registraron en Anaga desde el mediodía, que además derivaron en otros desprendimientos a lo largo de la vía de acceso y en la de circunvalación del pueblo de Taganana.

Una vez que se produjo el corrimiento de tierra se trasladaron al lugar efectivos de la Policía Local, de la Unidad de Montes del Ayuntamiento de Santa Cruz y del área de Conservación de Carreteras del Cabildo, con el fin de recuperar a la mayor brevedad posible la normalidad en los accesos.

Durante los trabajos se facilitaba el paso a los vecinos de la zona, aunque las labores de retirada del material de la calzada concluyeron alrededor de las 19:20 horas, momento a partir del cual se recuperó la normalidad en el tráfico rodado en ambos sentidos.

También se registraron incidentes en la subida de El Bailadero, que no precisaron del corte de la vía, así como en la TF-123, que conecta con Chamorga. En ambos casos se retiraron los escombros por parte de los efectivos de Carreteras y del ayuntamiento.

Las fuertes precipitaciones que se registraron durante buena parte de la tarde también ocasionaron complicaciones a la altura del campo de fútbol de San Andrés, donde el agua del barranco de El Cercado llegó a superar la altura del puente de acceso a las instalaciones deportivas.

Por este motivo, la directiva del equipo de fútbol tomó la decisión de suspender los entrenamientos de la tarde de ayer, una medida que deben adoptar cada vez que llega la época de lluvias, ya que los accesos al campo no están en condiciones y su mejora ya ha sido reivindicada en varias ocasiones por los usuarios, que consideran que "el conflicto abierto con el Valle de Las Huertas demora la realización de los trabajos necesarios".

Además, al tratarse de las primeras lluvias importantes que se producen en este año, la intensidad de las precipitaciones ha servido como prueba para las obras de infraestructuras que se han realizado en los últimos tiempos para mitigar los efectos de las correntías, que en el caso del barranco de María Jiménez, "al final de su trazado, en la desembocadura, lo que han conseguido es que el agua se acumule en este lugar", señalan los vecinos del lugar.