La orografía de la Isla de Tenerife no entiende de seguridad y muchas de sus playas, hijas del volcán y la erosión, están escoltadas por espectaculares e inestables paredes de roca. El riesgo de desprendimientos es una realidad en numerosas calas de Isla, más frecuente en playas no urbanizadas y alejadas de los servicios públicos. El trágico balance del desprendimiento de la playa de Los Guíos, en Los Gigantes, obliga a analizar cuáles son las playas tinerfeñas con mayores riesgos para los usuarios. A continuación se repasan, municipio a municipio, algunas de las playas donde los bañistas toman el sol bajo las rocas.

La suerte es la única medida de seguridad en muchas de estas playas situadas bajo acantilados, pero actuaciones como la de la playa de la Arena, en Mesa del Mar (Tacoronte), deberían servir de ejemplo. Esta cala se cerró después de un gran desprendimiento que no causó víctimas gracias a la suerte, pero ahora puede presumir de ser una de las pocas de la Isla que dispone de varios taludes cubiertos con malla metálica y cemento proyectado, así como una peculiar barrera de metal que actúa como red atrapa-desprendimientos.

Sólo en el Norte de la Isla hay unas 14 playas con riesgo de desprendimientos. En el Sur la cifra baja hasta sólo tres calas amenazadas por posibles derrumbes. En el área metropolitana, se contabilizan unas ocho. En total, existen más de 25 playas tinerfeñas donde el peligro está tanto en el mar como en la tierra.

Buenavista del Norte.- Las playas de las desembocaduras de los barrancos del macizo de Teno se sitúan entre enormes paredes verticales, donde los desprendimientos son un riesgo claro. El mayor peligro se da en la playa de Masca, debido a la gran cantidad de excursionistas que llegan a ella por mar y tierra. En 2006 una roca terminó con la vida de un joven que se encontraba de acampada en esta cala. Otras playas de Teno, como la del barranco del Carrizal, tienen el mismo riesgo, pero son mucho menos utilizadas. La carretera de acceso a Punta de Teno, donde miles de personas acuden a disfrutar del baño, es otro punto negro en cuanto al peligro de desprendimientos. Desde hace años la vía se encuentra oficialmente cerrada al tráfico, a la espera de un proyecto de mejora de la seguridad, pero muy pocos de los que llegan hasta el lugar hacen caso a la señalización que prohíbe el paso.

Garachico.- El Guincho es una pequeña zona de baño enclavada entre paredes de roca, con una pequeña playa de callaos situada en un lugar con cierto riesgo de desprendimientos. La playa de Las Aguas, situada bajo el acantilado de La Culata y el túnel que da acceso a la Villa y Puerto, también presenta riesgo de caída de rocas en algunos de sus tramos, aunque prácticamente no se utiliza.

Icod de los Vinos.- La playa de San Marcos no está directamente afectada por el riesgo de derrumbes, ya que en su parte posterior hay un paseo y varias edificaciones. Sin embargo, el propio ayuntamiento de Icod ha vuelto a solicitar al Estado, al Gobierno de Canarias y al Cabildo de Tenerife que inviertan más de dos millones de euros en la mejora de la seguridad en el acantilado, en la parte superior del camino de Las Barandas, donde sí se producen continuos desprendimientos.

La Guancha.- La playa de Santo Domingo se encuentra cerrada al baño desde hace cuatro años por los continuos desprendimientos de rocas que se producen allí, según informa el Ayuntamiento guanchero. Varios carteles advierten a posibles usuarios de la peligrosidad de una cala situada también al borde de un gran acantilado. Sin embargo, hay bañistas que siguen utilizándola. La alcaldesa, Elena Luis (CC), ha tenido varias reuniones con la Dirección General de Costas para que se realicen los estudios que permitan reabrir la playa, "tras acometer las actuaciones pertinentes". Luis recalca que "hay que asegurar algunos taludes y colocar mallas de protección. Ya en 2005 se hizo una gran actuación, pero queda otra zona, hacia el este, donde sería necesario actuar".

Los Realejos.- La concurrida playa del Socorro se sitúa debajo de unos impresionantes acantilados con evidente riesgo de desprendimientos. Sin embargo, el mayor peligro de caída de rocas no se da en la cala, sino en la carretera de acceso y los aparcamientos. Parte de estos taludes están protegidos con mallas de seguridad, al igual que ocurre en la playa del Guindaste. Las playas de Los Roques y Castro, mucho menos visitadas, no cuentan con medidas de seguridad, aunque también existe riesgo de derrumbe. El edil de Playas, Salvador García (CC), señala que ha solicitado un nuevo informe a la Concejalía de Urbanismo sobre los acantilados situados sobre estas cuatro playas realejeras para "emprender, si procede, acciones de refuerzo de los taludes o de colocación de elementos de protección".

La Orotava.- Las tres playas de la Villa de La Orotava. El Bollullo, Los Patos y El Ancón o Santana, presentan riesgos de desprendimientos, ya que se encuentran situadas al pie de acantilados. El Bollullo es la playa más accesible de las tres y la única que cuenta con servicio de socorrista y un pequeño chiringuito. Los taludes que la rodean tienen multitud de rocas sueltas y no existen medidas de seguridad. Los Patos se ubica bajo el acantilado de mayores dimensiones y máximo riesgo, y El Ancón, donde hace unos años una joven resultó herida por la caída de una roca, también presenta más peligro de derrumbes que El Bollullo. En estos dos casos, al riesgo de desprendimientos se suma la peligrosidad de los accesos. Partidos y colectivos orotavenses demandan desde hace años al Ayuntamiento villero que ejecute obras de mejora en las vías de acceso a estas playas, que cada verano son visitadas por miles de bañistas, a pesar de su relativo aislamiento.

El Sauzal.- La playa de La Garañona o El Arenal es, probablemente, la cala más peligrosa en cuanto a derrumbes de todo el Norte de la Isla, ya que se ubica justo debajo de un impresionante acantilado de casi 300 metros de altura. Esta cala de arena negra de más de 500 metros de longitud tiene un complicadísimo acceso por tierra, lo que provoca que permanezca desierta la mayor parte del año. Durante el verano, es relativamente frecuente la presencia de bañistas llegados por mar o tierra. También se producen acampadas no autorizadas al pie del acantilado de La Garañona.

Tacoronte.- La playa de la Arena, en Mesa del Mar, estuvo cerrada durante casi un año a finales de los años 90 del siglo XX para ejecutar obras que evitaran los constantes desprendimientos. Esta medida se tomó tras un importante derrumbe, sin víctimas, acaecido en 1998. En 2000, la playa fue reabierta al público, después de que se colocará malla de acero en uno de los taludes laterales, cemento proyectado en otras zonas, así como una valla metálica de protección en la trasera de la cala, justo detrás del paseo peatonal. Al igual que ocurre en La Garañona, la playa de La Arena se sitúa al pie de un impresionante acantilado con alturas que rondan los 300 metros. Las medidas de seguridad, que requirieron una importante inversión, han evitado accidentes, ya que las rocas siguen desprendiéndose periódicamente sin causar daños. El edil de Urbanismo, José Daniel Díaz (CC), recalca que "la red metálica, de tipo cesto, que protege la playa ha funcionado correctamente en los últimos años. Las piedras que caen desde lo alto del acantilado quedan embolsadas en esta malla y posteriormente sólo hay que reparar los desperfectos o tensar la red".

Santa Cruz de Tenerife.- En el análisis de la zona del área metropolitana, Tachi Izquierdo da cuenta de que en la franja de litoral de la capital tinerfeña la mayor concentración de riego de desprendimientos se concentra en Anaga y, por partida doble, ya que la amenaza se cierne sobre sus principales vías en la zona de montaña y en los escarpados acantilados de su costa. Uno de los ejemplos más sangrantes son los accesos a la playa de Las Gaviotas, que no se han solucionado desde la riada del 31-M, donde un desprendimiento de piedras incluso arrasó parte de la carretera. Desde el colectivo Anaga Renace se pone de manifiesto "el riesgo siempre inminente en zonas como la playa del Llano de Igueste, donde hace unos años una joven sufrió las consecuencias de un alud, que le han dejado secuelas". Comentan que en playa Bermeja siempre se cierne la incertidumbre sobre posibles desprendimientos de tierra tanto en sus accesos como en la costa, aunque reclaman estudios técnicos sobre la situación del Roque de Las Ánimas, en Taganana, "donde se aprecian grietas que pueden constituir un peligro". Aunque los colectivos vecinales de Anaga no destaquen una especial inseguridad en las zonas de baño, señalan que con un promedio de casi dos millones de turistas al año "se podría hacer algo más, porque nuestra costa no es 100% segura". La franja norte de Anaga es la más peligrosa, aunque las playas de Los Roques y Almáciga están en mejores condiciones, "la de Benijo está bajo un acantilado, pero algo más protegida". Sin embargo, los mayores focos de preocupación se centran en Las Gaviotas y en una parte de Las Teresitas, donde unas mayas de protección han contenido los desprendimientos.

La Laguna.- El espacio de costa que corresponde al municipio de La Laguna no es, por su orografía, especialmente propenso a situaciones de especial dificultad, ya que entre Valle de Guerra, Tejina, Bajamar y La Punta del Hidalgo, las zonas habilitadas para el baño están fuera de la influencia de los acantilados. Según se recoge en el Plan de Emergencias Municipal (PEMU), "el índice de riesgo es bajo; no significativo". En la costa de los tres pueblos mencionados el mayor componente de dificultad ante un eventual desprendimiento se centra en la playa de El Arenal, entre Bajamar y Punta del Hidalgo, una zona alejada y poco frecuentada por bañistas.

El Rosario.- En el municipio de El Rosario toda la atención se centra entre Tabaiba y Varadero, donde en las zonas de difícil acceso y no acondicionadas para el baño se advierte a los usuarios del riesgo de desprendimiento mediante la instalación de carteles informativos. Sin embargo, fuentes de la corporación municipal indican que en aquellas zonas que están acondicionadas para el baño, "no hay un riesgo significativo", pues las propias condiciones del terreno alejan a los bañistas de los lugares donde pueden caer piedras de los riscos más próximos.

Santiago del Teide.- Desde la Delegación Sur de EL DÍA, Javier Feo informa de que la playa con mayor riesgo en el municipio turístico de Santiago del Teide está situada en Los Gigantes, siendo ésta la de Los Guíos. La ladera del acantilado la hace especialmente peligrosa debido a los desprendimientos que se registran y que llegan a la zona en la que están los bañistas. Se da la circunstancia de que la ladera es una de las pocas de zonas de sombra con la que cuenta esta franja costera del litoral.

Arona.- El litoral del municipio de Arona se encuentra casi exento de riesgos por desprendimientos de piedras, al tener, en la mayoría de los casos, una orografía suave en las cercanías del litoral. De este modo, la zona más peligrosa está en el Palm-Mar, en la parte de playa más cercana a la montaña de Guaza. Desde el Ayuntamiento aronero se informa, no obstante, de que se procederá a valorar los riesgos en cada una de las zonas de baño para, posteriormente, "actuar en consecuencia".

Granadilla de Abona.- La zona de baño con riesgos de desprendimiento es la playa de La Tejita, en dirección hacia la punta de la Montaña Roja. Es por ello que el ayuntamiento ha llevado a cabo una serie de medidas para evitar más percances derivados de derrumbes. Así, se ha colocado un cartel de peligro y miembros de Protección Civil que realizan las labores de vigilancia en la playa, a través de un convenio, se acercan hasta este punto para alertar y prevenir por si algún bañista acude hasta esta zona. Desde el Consistorio se resalta que las medidas de seguridad que desarrolla en este lugar son las únicas que puede realizar la administración local. La alcaldesa dice que se trata de una zona prioritaria donde actuar, ya que al margen de lo que realice el ayuntamiento, "es un espacio protegido de competencia supramunicipal".