El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, decidió ayer aplazar a la semana que viene la concreción de lo que el jueves anunció como un Gobierno de unidad sin la participación del depuesto Manuel Zelaya, tras las críticas de la comunidad internacional a su decisión.

"Dando nuevamente espacio de reflexión al señor Zelaya, el presidente Micheletti ratificó su disponibilidad a reconocer que es importante un compás de espera durante este fin de semana para lograr concretar el Gobierno de unidad y reconciliación", indicó el Ejecutivo de facto en un comunicado.

Mientras, Zelaya rechazó de nuevo la propuesta del Ejecutivo golpista y dijo no tener "ningún deseo de volver a dialogar con quien no quiere dialogar y realmente manifiesta posiciones de intransigencia y deshonestidad".

Desde la Embajada de Brasil, donde permanece desde el 21 de septiembre pasado, reiteró que sigue "siendo el presidente de Honduras".

"No voy a renunciar a ese mandato del pueblo hondureño, porque sería traicionar el principio básico de que la Presidencia sigue en vigencia antes y después de las elecciones (del 29 de noviembre) y hasta el 27 de enero", recalcó.

En cuanto a la formación del Gobierno de unidad que se establece en el Acuerdo Tegucigalpa-San José, dijo que él, como "presidente legítimo", tampoco pretendía elegirlo, sino delegar esa responsabilidad a la Comisión de Verificación de dicho pacto.

Sin embargo, tanto el mandatario de facto como Zelaya se atribuyen la legitimidad para encabezar dicho Ejecutivo.

Por su parte, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, que ejerció como el primer mediador del conflicto, afirmó ayer que el Gobierno de facto de Honduras nunca tuvo la voluntad de solucionar la crisis política derivada del golpe de Estado, y precisó que "solo están buscando, a través de prácticas dilatorias, que pase el tiempo y que vengan las elecciones (del 29 de noviembre) arriesgando que el futuro Gobierno no vaya a ser reconocido por algunos países".

A lo largo de la jornada de ayer se especuló con que algunos representantes de las dos delegaciones retomaran las conversaciones para la integración del Gobierno de unidad, pero, al cierre de esta edición, la mesa de diálogo seguía sin convocarse y todo apuntaba a que la más mínima posibilidad de acuerdo se había disipado.

De hecho, Rasel Tomé, portavoz y asesor político del mandatario derrocado, aseveró que "el diálogo sigue roto, el acuerdo ya no tiene valor y efecto por el incumplimiento del señor Micheletti", al tiempo que demandó la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA).