Unos cien chicos africanos que han llegado en pateras o cayucos a las costas canarias han terminado con éxito los talleres de albañilería, fontanería o electricidad y recogieron su diploma, el pasado jueves, en la escuela taller donde han desarrollado sus estudios, gracias a la Fundación Proyecto Don Bosco.

La mayoría de ellos cumplen los 18 años en los próximos días y tendrán que salir del recinto en el que viven actualmente, el centro de emergencia de La Esperanza, gestionado por la Asociación Mundo Nuevo.

Según relataron a este periódico algunos de los menores, su objetivo es "viajar hasta Barcelona el próximo mes", bien para encontrarse con alguno de sus hermanos, como es el caso de Dama (Mali), o para buscar un futuro allí, a pesar de no tener ningún contacto en la ciudad condal, como es el caso de Mama (Guinea Conakry).

Barcelona es uno de los objetivos de estos jóvenes que, casualmente, cumplen los 18 años a los doce meses de su llegada, cuando la prueba de la muñeca que se les hace asegura que tienen 17. Sin embargo, ahora cuentan con un diploma que los capacita para desempeñar un empleo, y después de pasar un año tutelados por el Gobierno canario, la normativa vigente en España los deja "indocumentados" el día de su mayoría de edad.

Es una situación que les inquieta, pero que no los frena para seguir adelante y encontrar un futuro en Europa.

La directora general del Menor y la Familia del Gobierno canario, Carmen Steinert, presenció el acto de "graduación" y les recordó que como "tutora legal" sentía la misma alegría que manifestarían sus madres.