El Cabildo de Tenerife fue escenario ayer de la presentación del proyecto Tom Teidevs, que trata de mejorar el conocimiento sobre el interior de la Isla. El acto informativo contó con la asistencia del presidente del Cabildo, Ricardo Melchior; el director del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada, Jesús Ibáñez; el decano de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna, Ramón Pérez, y el director del departamento de Medio Ambiente del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), Nemesio Pérez.

El coordinador del proyecto, Jesús Ibáñez, manifestó su sorpresa por la "estructura altamente heterogénea del interior de la Isla, lo que implica una gran diferencia en las variaciones de velocidad de la onda sísmica". Al respecto, recordó que cualquier parte de Tenerife puede sufrir un movimiento sísmico: "El Teide es un emblema pero toda la Isla es volcánica". Así, explicó que el estudio advierte la posibilidad de movimientos sísmicos en la zona costera "debido a la presencia de canales que facilitan la fractura en los bordes de la estructura y no en el centro". Por ello, incidió en la necesidad de potenciar las medidas de prevención ante el inherente riesgo volcánico y la importancia de predecir cuanto antes los posibles movimientos sísmicos.

Los resultados obtenidos han permitido realizar, por primera vez, un modelo tridimensional de la Isla desde la superficie hasta una profundidad de ocho kilómetros bajo el nivel del mar. Con esta nueva herramienta se avanzará en los protocolos de detección del riesgo volcánico y se mejorarán los procesos de localización de movimientos sísmicos.

Para la realización de este proyecto se instalaron 154 estaciones y 3 antenas con la finalidad de registrar las señales sísmicas.