Los vecinos de Igueste de San Andrés han lanzado todas las voces de alarma con el fin de que en las proximidades del pueblo no se construya una estación de bombeo de aguas residuales, un proyecto previsto a unos 150 metros de la playa. Como principales objeciones, que ya han sido expresadas a través de un documento de alegaciones que ha recibido una respuesta desfavorable por parte del Consejo Insular de Aguas, los vecinos de este núcleo de Anaga expresan que esta instalación "está apenas a 15 metros de las casas", un aspecto sobre el que llaman la atención "porque los olores no se van a poder reducir, pues Emmasa, que se hará cargo de la estación, no la mantendrá, como ocurre en otras de similares características".

Los afectados por este proyecto precisan que no "estamos en desacuerdo con la estación de aguas residuales, sino con la ubicación que se ha elegido, ya que había otros emplazamientos en la zona baja del pueblo que no afectan a las viviendas".

A pesar de que "en el reglamento de actividades molestas no se refleje este tipo de instalaciones, como sí ocurre con las depuradoras, el problema radica en que hay que separar residuos sólidos y líquidos, para lo que la estación debería contar con una vía de acceso para retirar los lodos, algo que no está en el PGO".

En cuanto a los tratamientos de desinfección, los vecinos expresan sus temores "porque van a estar aplicando productos como cloro junto a nuestras casas, y no queremos vivir con una bomba de relojería al lado, porque los sistemas mecánicos no son infalibles".

En Igueste de San Andrés viven actualmente unas 600 personas, y en la zona hay un reconocimiento general a la necesidad de dar una solución a los vertidos de aguas residuales al mar, puesto que el emisario actual no reúne todas las condiciones, "por lo que no nos negamos a su construcción, pero sí a la ubicación, pero desde el Consejo Insular de Aguas hasta el momento todo ha sido silencio a nuestra petición de reuniones y a rechazar todas nuestra alegaciones, sin ningún fundamento jurídico".

Sin embargo, ya se han presentado nuevos reparos al proyecto, que en caso de contar con otra posición en contra del organismo dependiente del Cabildo, "no nos quedará más remedio que llevar este asunto a los tribunales", pues señalan que "no se trata de que no te puedas bañar en la playa porque el emisario está mal, sino porque si en cinco años se producen filtraciones, será un problema que sufriremos por décadas".