EN EL AÑO 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud; fecha que hoy conmemoramos y que persigue promover la participación de los jóvenes en todo aquello que les afecta, y tratar de forma amplia los temas que les conciernen.

No cabe duda de que los jóvenes constituyen un grupo social con características propias, problemas y preocupaciones concretos, que requieren acciones también concretas.

Estamos ante un sector muy amplio, con diferentes expectativas, distintos intereses y distribuido de forma heterogénea y desigual por el Archipiélago. Por ello, no podemos obviar la existencia de diferentes realidades juveniles. El término "juventud" es una generalidad en la cual, al igual que en otras muchas, caemos sin darnos cuenta. Cada joven conlleva una realidad, y es aquí donde juegan un papel muy importante las políticas juveniles, que deben constituirse en la respuesta a la variedad de intereses e inquietudes de nuestros jóvenes.

Hoy, en este día especial, quisiera resaltar una de esas realidades juveniles, presente en nuestra sociedad, pero quizás desconocida para mucha parte de ella. La realidad del voluntariado y la colaboración social, que es la perfecta muestra del lema con el que celebramos este Día Internacional de la Juventud, "Qué Punto Ser Joven". Con él queremos resaltar los aspectos positivos que muestran nuestros jóvenes, nuestros chicos y chicas que aportan aire fresco, ganas, energía y compromiso a nuestra sociedad, y pretendemos también acabar con los estereotipos negativos que se asocian muchas veces a la juventud.

Un punto, un puntazo, son tantos jóvenes canarios que se comprometen en el ejercicio de una labor voluntaria y desinteresada con el único objetivo de ayudar a mejorar nuestra sociedad. Aquellos que lo hacen de forma continua a lo largo del año, robando horas a su ocio y tiempo libre y aquellos que lo hacen en un momento puntual de especial necesidad.

En este sentido quisiera reflejar el ejemplo de los jóvenes palmeros y de otros lugares de Canarias y España, que ante los terribles incendios que asolaron el sur de la isla de La Palma en fechas recientes, se volcaron en labores de ayuda y colaboración con los evacuados y damnificados por el fuego. Chicos y chicas que pasaban el verano en la Isla y que no dudaron un momento en dejar sus vacaciones para estar con quien los necesitaba: jugando con los niños, ayudando a los mayores, sirviendo comida... en definitiva, dando apoyo de forma solidaria.

Estos jóvenes son, sin duda, un referente social, ya que la función que desempeñan en nuestra comunidad supone una potenciación de los valores y modelos que resultan positivos para la población en general, y, en especial, para los demás jóvenes.

A ellos y a todos los jóvenes que de una forma u otra desarrollan actividades voluntarias y de cooperación, gracias; gracias por ser como son, y por demostrar que ser joven es un punto y que la sociedad canaria tiene buenas bases para el mejor futuro, nuestra juventud. A todos ellos, además, Feliz Día de la Juventud, disfruten de éste que es su día.

* Directora general de Juventud del Gobierno de Canarias