1.- Las conversaciones telefónicas intervenidas al alcalde de Arona, JoséAlbertoGonzálezReverón, ya son un secreto a voces. Cuando un juez ordena estas intervenciones se suelen retirar del sumario aquellas que tienen que ver con su vida privada y que no guardan relación con lo que se está investigando. Yo pido que se aclare, por parte del Tribunal Superior de Justicia de Canarias y por la Dirección General de la Policía, por qué están comentándose por ahí aspectos de la vida privada del alcalde, contenidos en esas grabaciones. También ha salido a la luz una supuesta llamada del presidente del Gobierno de Canarias, PaulinoRivero, al edil investigado para recomendar a una sobrina en unas oposiciones a la Policía Local. Llamada que no tiene ninguna trascendencia, primero porque esas oposiciones están tan regladas que prácticamente es imposible alterarlas; y, segundo, porque la chica suspendió. Ahora dicen que porque se copió. Da la casualidad de que Paulino Rivero es el segundo presidente del Gobierno de Canarias espiado telefónicamente; el primero fue AdánMartín. Ninguno de nosotros dormiremos tranquilos esta noche; puede venir la policía socialista, al amanecer, a buscarnos. ¿Tiempos de Pinochet? ¿Tiempos deFranco? Malos tiempos, en suma. Tiempos del PSOE.

2.- ¿Qué garantías jurídicas tenemos? ¿Quién está filtrando los secretos de casi todos los sumarios de una manera impune, sin que nadie investigue? ¿Es que se puede seguir creando indefensión a personas sometidas a investigación, cuyo honor y cuya fama quedan por los suelos con estos comportamientos? ¿Quiénes de los juzgados y de la Policía están dando a conocer a los medios de comunicación y a particulares extremos delicados de las investigaciones sometidas a secreto?

3.- Esto, unido a la utilización descarada y partidista/partidaria de la Fiscalía por parte del Gobierno de Zapatero, está colocando a la Justicia en España en una situación delicada. Y a los españoles ante el pelotón de fusilamiento. Lo que ha ocurrido en Canarias, por ejemplo, con el caso Las Teresitas, en el que se condena públicamente en los medios a personas que van a ser absueltas o que ni siquiera van a llegar a juicio, es terrible. Y los secretos sumariales son, ni más ni menos, un cachondeo. Por cierto, lo de Paulino me parece una chorrada. Y que algunos arremetan contra el presidente por esto, una memez. Paulino Rivero es una de las personas más honestas que conozco.