El año pasado revolucionó la Universidad de Verano de Adeje como director de un curso discrepante con la tesis dominante acerca del cambio climático y en esta edición, como ponente en un curso sobre el mismo tema, ha vuelto a aportar datos y afirmaciones que animan a una reflexión crítica sobre el calentamiento global.

El profesor del departamento de Ecología de la Universidad de La Laguna (ULL) José Ramón Arévalo, puso ayer en cuestión la adopción de decisiones que implican grandes desembolsos económicos para combatir el cambio climático cuando, a su juicio, aún está por determinar el alcance de este fenómeno y su relación con las emisiones de CO2.

Arévalo también expuso aspectos negativos de la implantación de las energías renovables, que han experimentado un auge, precisamente, debido a la apuesta por reducir el uso de los combustibles fósiles. En este sentido, se remitió a un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos -que ha tenido poco impacto en España pero sí en otros países, dijo- que cifra en 100.000 euros la subvención pública que se otorga por cada megavatio producido por medio de la energía eólica, de 125.000 en el caso de la hidroeléctrica y de 225.000 en el de la fotoeléctrica.

Estas cantidades, a su vez, implican la destrucción de puestos de trabajo en otros sectores (5,3 por cada "megavatio verde"), una situación que calificó de "pura ingeniería social". Por estos motivos, sentenció: "A día de hoy, la implantación de energías alternativas no está justificada".

Para el ponente, "a lo mejor, pensar de forma ecológica no tiene nada que ver con el ecologismo", de la misma forma que se tiende a confundir la climatología como ciencia con el "climatismo", que es una ideología, afirmó.

Frente al rigor con que se analiza cualquier teoría o investigación científicas, en lo que se refiere al cambio climático hay "una tolerancia extrema para aceptar cualquier cosa que se diga". El objetivo, según José Ramón Arévalo, es crear "un estado de miedo". De la misma manera que en momentos anteriores se esgrimió el posible fin del petróleo, la sobrepoblación, la escasez de recursos o, incluso, el descenso de las temperaturas ("The big freeze", o "El gran congelamiento", rezaba en los años 70 un titular de la revista "Time") para generar esta situación, ahora es el calentamiento global. "Dentro de unos años dejaremos de hablar de ello y lo sustituirán por otra cosa", vaticinó el profesor de Ecología.

Las "soluciones lógicas" que, a juicio de Arévalo, habría que plantearse ante el calentamiento global y el aumento de las emisiones son tres: la energía nuclear, que es "la única alternativa" para producir la energía necesaria al margen de los combustibles fósiles; los "sumideros" para captar CO2, como las repoblaciones forestales; y las desgravaciones fiscales a empresas que apuesten por mejorar su tecnología y hacerla más eficiente.