Los Campitos es un barrio geográficamente muy bien delimitado y cuya orografía, en altura, marca a propios y extraños. EL DÍA lo visitó el pasado viernes, una jornada de intenso calor, en plenas fiestas en honor de la Virgen del Carmen que concluyen hoy domingo. Una rápida ojeada lleva a pensar que aquí se da la mezcla de un lugar tranquilo, un remanso de paz a cinco minutos de la ciudad y la conciencia de un barrio que quiere mejorar.

Gonzalo Rodríguez, presidente de la asociación de vecinos, considera "positivo que se haya sacado a diez vecinos del paro para afrontar la única obra del Fondo Estatal en el barrio, la de la vía que une Los Campitos, en concreto la zona de Cuevas de Guaite, con Ifara y acomete Traysesa. Además, para la reforma del parque de Las Mesas, que financia el Cabildo Insular, se ha establecido un acuerdo similar con la empresa que la ejecuta, Tinerfeña de Obras Públicas".

Aunque hay gente que todavía practica la agricultura a tiempo parcial, la mayoría de las profesiones están vinculadas a la construcción y los servicios. Ha aumentado el índice de desempleo con la crisis, pero "aquí el nivel de pobreza o marginación se mantiene muy bajo. Sí hay tal vez alguna persona en situación de dependencia cuyo caso habrá que analizar desde la asociación", explica Rodríguez Gutiérrez.

EL DÍA dialogó con el ex luchador Miguel Ángel Díaz, que preside la Comisión de Fiestas. En ese momento se debatía la posibilidad de contar con los fuegos artificiales para la procesión, pero en general se mostraba "satisfecho con la ayuda del ayuntamiento, de la asociación y de los vecinos, que han colaborado mucho".

Y atrás queda Los Campitos, un barrio con señas de identidad muy claras, que casi lo hacen pueblo y cuyos habitantes pretenden mantener, en equilibrio, más o menos complicado, con la exigencia de contar con todos los servicios.