Los empresarios y agentes económicos de La Palma consideran que para afrontar la actual coyuntura y salir fortalecidos de la crisis "se hace necesario adoptar visiones más estratégicas, con recorrido a más largo plazo y con visión colectiva", que permitan recrear nuevos modelos de gestión y de cogestión.

Para ello resulta imprescindible "realizar diagnósticos compartidos, para no patrimonializar problemas, ya que las intensas interrelaciones existentes hacen que la mayor parte de las problemáticas adopten el carácter de colectivas".

Éstas son algunas de las principales conclusiones del segundo encuentro empresarial organizado por CajaCanarias en la Isla, en el que se puso de relieve la situación actual del comercio y las perspectivas de este sector.

La mesa de debate contó con la participación de Óscar González Tabares, director de Estrategia e Innovación de la entidad de ahorro; Desiderio Gutiérrez Taño, socio director de Edei Consultores y profesor del departamento de Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de La Laguna; y Francisco Javier García Rodríguez, también profesor del Departamento de Economía y Dirección de Empresas de la Universidad de La Laguna, y autor del documento que recoge las reflexiones de los distintos interlocutores que tomaron parte de este encuentro.

En el sentir de los principales protagonistas del desarrollo económico de la Isla se detectó la necesidad de un cambio en la mentalidad y la adopción de actitudes más inmovilistas, "que pasan por la apertura para escuchar al otro y la asimilación de la idea de que para obtener resultados diferentes es imprescindible comportarse de manera distinta, algo que no podría realizarse sin la superación de apatías y miedos colectivos instaurados".

Los empresarios y agentes económicos de La Palma constataron en esta jornada la alta dependencia de la economía insular de las transferencias de rentas provenientes de la Administración Pública, no existiendo unanimidad en la evaluación de este hecho como un elemento de estabilidad o como un factor limitante.

Por el contrario, sí hubo consenso en entender el propio territorio como el principal valor de la Isla "por su gran riqueza en biodiversidad natural y agrobiológica", con una posición clave del sector agrícola en la identidad ambiental, física y cultural, aunque se alertó de la tendencia a su abandono, a pesar del alto potencial no explotado de producción agroalimentaria de calidad. También se alertó del incipiente desarrollo del sector turístico, en parte motivado por las indefiniciones en cuanto al modelo a seguir.