Un informe encargado por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife a la Universidad de Santiago de Compostela ha concluido que "existe un grado elevado de incidencia de sustancias tóxicas emitidas por la Refinería de Santa Cruz que afectan, fundamentalmente, al área suroeste de la ciudad". Además, también advierte del "grado de depósito de metales pesados, considerado por el estudio como grave en el caso de vanadio y níquel, dos sustancias propias de la actividad petroquímica". El informe también hace constar que "se han encontrado concentraciones especialmente altas en cadmio, mercurio, plomo, criseno y benzo fluoranteno".

En su intervención, respuesta a una pregunta de Ángel Isidro Guimerá, de Ciudadanos, el alcalde hizo constar que "el estudio señala que los depósitos de vanadio presentan una incidencia grave en Santa Cruz, puesto que triplican los valores obtenidos en pruebas similares en una ciudad como Belgrado y superan ampliamente los obtenidos en otras, como Nápoles, Sofía y Budapest. En el caso del níquel, los valores triplican lo obtenidos en otras ciudades, como Nápoles y Trieste". Lejos de crear alarmismo, Miguel Zerolo apostó por corroborar en nuevos estudios realizados en otras épocas del año estos datos. "Tendrían que determinarse los posibles riesgos futuros de la población afectada y, además, las posibles consecuencias que hayan podido sufrir vecinos de Santa Cruz en el pasado", dijo Zerolo. Además, anunció la disposición de la corporación a emprender "actuaciones jurídicas y normativas que permitan solucionar cuanto antes esta situación".

Guimerá planteó que, igual que el alcalde decretó la emergencia social, también hiciera lo mismo con la emergencia medioambiental, algo que quedó pendiente de nuevos estudios, dijo Miguel Zerolo tras solicitar calma.