El Cabildo de Tenerife inauguró ayer en la Casa del Vino, en El Sauzal, una exposición permanente dedicada a la biodiversidad agrícola y ganadera de la Isla, que también pretende rendir homenaje a "los guardianes de la agrodiversidad tinerfeña": agricultores que continúan cultivando o criando especies antiguas que forman parte del patrimonio vivo de Canarias.

Trabajadores del campo como Balbino Pacheco Fariña, Tomás González Domínguez, Laureano Febles Oliva, Rufino Fernández Dávila, Roque Romero López, Agustina Hernández González, María González Hernández o el fallecido Pablo Lorenzo García Marrero, entre otros, recibieron ayer de manos del presidente insular, Ricardo Melchior, y el consejero de Agricultura, José Joaquín. Bethencourt, un merecido homenaje por su callada y trascendental labor de conservación.

Las experiencias de estos y otros tantos trabajadores del campo ha quedado plasmada en este nuevo espacio expositivo, donde se emite un vídeo con sus testimonios de trabajo y sacrificio.

La muestra, organizada por el Centro de Conservación de la Biodiversidad Agrícola de Tenerife, incluye paneles informativos, útiles de labranza, muestras de productos tradicionales, vídeos y la maqueta de un pajar. Entre sus contenidos destacan los espacios dedicados a los frutales, los cereales que se cultivaban desde la época de los guanches, las leguminosas, las raíces y tubérculos traídos de América, el millo o las cebollas y ajos propios de la Isla. También se ofrece información sobre razas ganaderas autóctonas, como la vaca basta o el cochino negro.

El visitante de esta muestra permanente se enfrenta, nada más llegar, a una interesante pregunta: "¿Permitiríamos la destrucción de nuestros monumentos históricos para edificar construcciones más prácticas y modernas?". La diversidad agrícola de la isla de Tenerife está amenazada y esta muestra es un arma más para concienciar a la población de la importancia de cultivar y consumir variedades que sólo existen en este rincón del planeta.