La crisis también afecta a los archivos de Canarias y a los profesionales que gestionan su funcionamiento. Esta lacra, que siempre golpea al más débil y desprotegido, se ve acrecentada por el cambio de la realidad física de los "papeles" que se manejan y custodian en estos centros; ahora son documentos electrónicos que viajan a la velocidad de la luz por las autopistas informáticas.

Argelia Camino Pérez, presidenta de la Asociación de Archiveros de Canarias (Asarca), que aglutina a cerca de un centenar de profesionales de todas las Islas, explicó a EL DÍA algunas realidades que definen el panorama actual de estos servicios en el Archipiélago.

Cabe recordar que este colectivo participó recientemente en Tenerife en un curso sobre documentos electrónicos, y asistió a la entrega de la medalla de oro de la Federación Española de Asociaciones de Archiveros a la jefa de la Sección de Archivos y Bibliotecas de la Consejería de Presidencia del Gobierno de Canarias, Concepción González de Aledo y Buergo.

-¿Cuál es la problemática actual de los archivos y archiveros en Canarias, y de qué forma les afecta la crisis?

-Existen diferentes tipos de archivos según su titularidad: los históricos provinciales, de titularidad estatal y gestión autonómica, los de la propia Administración Autónoma de Canarias, los de administración local, los eclesiásticos, los privados o los semipúblicos, como son los colegios profesionales o las cámaras de Comercio, entre otros. Bien, pues igual de amplia es su problemática. Mientras los dos primeros están mejor dotados, tanto materialmente como de personal cualificado, en el resto hay de todo. Cabildos y municipios que son conscientes del papel de los archivos tanto por su valor patrimonial como por el servicio público que realizan, como otros que no tienen más que un almacén de documentos sin ningún profesional cualificado al frente. En lo referente a la influencia de la actual crisis sobre los archivos, desgraciadamente ya estamos viviendo muestras de todo tipo y es que, con cualquier disculpa, este servicio, quiero pensar que por pura ignorancia, es el primero que se cierra o se disminuye el presupuesto.

-El acceso y la utilización de nuevas tecnologías, arma de doble filo, exige una mayor preparación de los profesionales del sector. ¿Considera que facilita más soluciones que problemas. A qué nivel estamos en las Islas?

-Los profesionales de los archivos, desde la aparición de las nuevas tecnologías, hemos ido adaptando nuestros conocimientos a las mismas, y esta nueva Administración que nos llega será una parte más de esa adecuación de conocimientos, pero supongo que como en todas las profesiones. En cuanto a la agilización de los trámites siempre es bueno, tanto para el ciudadano como para los profesionales, y no creo que signifique reducción de personal porque detrás de una máquina hay personas, simplemente acelerará el resultado del trabajo. Y por último, también hay matizaciones en referencia al nivel de las islas y, sobre todo, a las diferentes administraciones. Así como en la Administración de la Comunidad Autónoma de Canarias está en plena implantación, en el resto hay de todo, pero no creo que en la mayor parte de los casos este proceso esté todo lo avanzado que fuera deseable.

-Los nuevos documentos electrónicos dejan atrás el papel, además de "enfriar" el trabajo de los documentalistas. ¿Cree que esto alterará el ámbito de actuación de los profesionales del sector, y qué va a ocurrir con la autenticidad de los documentos. En qué campos se va a centrar la archivística?

-Quiero aclarar que los documentos electrónicos no son competencia de los documentalistas, por otra parte profesión diferente a la de archivero del que sí lo es. Le diré que, en efecto, este nuevo tipo de documentación deja atrás el papel, pero desde luego no enfría el trabajo de archivero, antes al contrario, lo vuelve más activo dentro de la propia organización. Hasta ahora se podría decir que el archivero esperaba en su archivo la llegada de los documentos para tratarlos, ahora, y entre otros motivos porque será la manera de autentificar el propio documento, el archivero va a participar y a tratar la documentación desde el momento mismo en que se geste. En cuanto a la archivística no va a cambiar sus campos, ni sus funciones, aquí lo único que va a variar es el "soporte" del documento.

-¿Defina la frontera entre las bibliotecas y los archivos?

-Para ser escueta, es el propio objeto el que las diferencia, en la primera se tratan libros y en la segunda documentos, y desde luego no tienen nada que ver uno con el otro.

-En el tema de la restauración de documentos, ¿se sigue dependiendo de la Península para la realización de determinados trabajos?

-Desconozco cuáles son esos determinados trabajos, pero en Canarias los dos archivos históricos provinciales, el del Cabildo de La Palma y el Archivo Municipal de La Laguna, por ejemplo, tienen sus propios talleres de restauración de papel, que es el que compete a los archivos.

-¿Cómo calificaría el nivel de acceso en las Islas a los diferentes tipos de archivos existentes?

-Todos aquellos archivos de titularidad pública cuya documentación haya cumplido los márgenes establecidos en la legislación relativa a archivos estatal o autonómica correspondiente son de libre acceso. En cuanto a los privados y parroquiales, ya que a estos últimos también se les debe considerar con la misma titularidad, no existe normativa definida sobre su acceso, dependen de la voluntad de su titular. De todas formas esta asociación, y sobre ello ha estado trabajando un grupo de compañeros, aboga porque las circunstancias y plazos de acceso a la documentación se amplíen.

-¿Existe documentación importante en manos privadas en Canarias. Hay sensibilidad en cuanto a donaciones o depósitos, o es un goteo lento?

-Muchísima más de la que sería deseable, y no porque sus propietarios no tengan derecho a tenerla, sino porque, en muchos casos, no la tienen en las condiciones adecuadas como marca la Ley 3/90 de Patrimonio Documental y Archivos de Canarias, porque se limita su acceso y la investigación o porque, y más grave, cuando es transmitida en herencia muchas veces se tira por desconocimiento y falta de espacio.

-¿Son buenas las relaciones entre los archivos de las islas con el exterior. Hay alguna red que una a todos?

-Yo diría que son buenas; o mejor, excelentes, las relaciones de los archiveros de la comunidad autónoma con la Península y muchos lugares del mundo. También hay que señalar que hasta la creación de esta Asociación nuestra presencia era ninguna o de tipo muy individual. A la segunda cuestión, sí existe una asociación a nivel nacional que nos aúna a todos y a la que Asarca pertenece y de forma muy activa, es la Coordinadora de Asociaciones de Archiveros, y a nivel internacional, el Comité Internacional de Archivos.

-La mayoría de las personas ve los archivos como centros para estudiantes e investigadores. ¿De qué forma se puede captar la atención de la sociedad en general. Ha roto esta situación el acceso a internet?

-Desgraciadamente aún se tiene la visión de los archivos como centros de investigación, como lugares tan sólo para eruditos, pero lo cierto es que nada más alejado de la realidad. El archivo es un servicio público antes que nada, amen de su valor patrimonial y cultural. Desde esta asociación se ha intentado instruir a la sociedad en este sentido realizando incluso un Congreso Nacional dedicado a ello. Al mismo tiempo, los propios profesionales desde sus mismas administraciones están llevando el archivo a la calle con exposiciones, visitas dirigidas de escolares y mayores, publicaciones, etcétera. Y, por supuesto, la aparición de internet ha colaborado en gran medida a la difusión de sus fondos y a la consulta de los mismos.

-¿Sabe si hay mucha documentación relacionada con Canarias diseminada por el mundo. Es partidaria de recuperar los originales, como ocurrió con el caso de Cataluña y el archivo de Salamanca?

-No tengo conocimiento de que exista tanta documentación fuera de las islas generada en ellas, y de la que se va teniendo conocimiento la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Gobierno de Canarias la ha ido adquiriendo, bien los originales de haber sido posible, o microfilmando o digitalizando fondos referentes a las islas que se encuentren en otros archivos españoles o del resto del mundo.

Posible revisión

-¿Está regulada la política archivística en Canarias, o no hay ninguna ley al respecto?

-También aquí debemos matizar. De un lado las atribuciones en materia de archivos en Canarias están asignadas básicamente al Gobierno de Canarias, que a su vez las tiene sistematizada en dos Consejerías: Coordinación de Gestión Documental y Archivos. Inspección General de Servicios, que depende de la Consejería de Presidencia, Salud y Seguridad, con competencias sobre los archivos de la Administración Pública de la Comunidad Autónoma de Canarias y cuyo programa para la implantación de gestión documental está muy avanzado; y la Dirección General del Libro Archivos y Bibliotecas de la Viceconsejería de Cultura, con competencias sobre los archivos históricos provinciales. De otro lado la Ley otorga la cabecera del sistema de los archivos de la Administración local a los Cabildos insulares, los cuales no la han desarrollado aún en este sentido. Por lo que se refiere al marco legislativo sí existe una Ley de Patrimonio Documental y Archivos de Canarias, actualmente en periodo de una posible revisión por parte de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas del Gobierno de Canarias, que es quien tienen las competencias para ello, que ha sido desarrollada por el Gobierno Autónomo para el funcionamiento de su propio sistema de archivos.