La vuelta al cole sigue generando dudas entre padres, profesores y alumnos por los riesgos de contagio de la Covid-19 y las medidas de prevención. Entre estas medidas se encuentra la obligatoriedad para los mayores de 6 años de llevar mascarilla en el interior de los centros, salvo en los casos en los que desarrollen ejercicios individuales en las clases de educación física en el exterior.

La regla es similar a la que ya existe en el resto de situaciones, pero la necesidad de respetarla durante más tiempo del habitual, ahora que los pequeños pasan, generalmente, menos horas en casa, puede generar dudas sobre el tipo de mascarilla que se debe utilizar y su sustitución.

¿Qué tipo de mascarilla deben utilizar los menores?

Una guía del Ministerio de Consumo elaborada en la desescalada posterior al estado de alarma describía tres tipos de mascarillas recomendadas: la higiénica, la quirúrgica y las EPI. Por supuesto, estas mascarillas deben cubrir boca, nariz y barbilla y estar provistas de un arnés que puede rodear la cabeza o sujetarse en las orejas.

La higiénica se compone de una o varias capas de material textil, y puede ser reutilizable o de un solo uso. Esta es la mascarilla que el ministerio aconsejaba utilizar en el caso de personas sanas y sin contacto con el coronavirus, lo que en principio englobaría en este inicio de curso a los menores que no deban guardar cuarentena.

Consumo recomienda un segundo tipo, la mascarilla quirúrgica, para aquellas personas que hayan resultado contagiadas, que tengan síntomas o que sean positivas asintomáticas, o hayan tenido contacto con personas contagiadas. Estas mascarillas, que están diseñadas para filtrar el aire exhalado, deben contar con un mecanismo que permita ceñirla estrechamente sobre nariz, boca y barbilla.

Las de tipo EPI, que filtran el aire inhalado y tienen diversos grados de protección, son recomendadas solo para personas en contacto con el coronavirus, así como para grupos vulnerables y siempre bajo prescripción médica.

Tallas etiquetado y sustitución

Los niños tienen sus propias tallas de mascarilla, acordes con la edad, desde los 3 hasta los 12 años. En cualquier caso, Consumo recomienda que los adultos supervisen la colocación, uso y retirada.

El Ministerio también recoge en su guía la información que el consumidor debe mirar en el etiquetado de la mascarilla. Así, pide comprobar que incluya el marcado CE, seguido de cuatro números, para asegurar que el producto cumple con la legislación.

También informa sobre la referencia a la norma UNE que asegura el cumplimiento de un estándar de calidad. En la etiqueta se encontrará, además, la información relativa a la reutilización de las mascarillas, cuántos usos permite y cuántos lavados pueden hacerse sin que el producto se resienta.

En general, se recomienda sustituir la mascarilla después de cuatro horas de uso continuado, desechándola si no es reutilizable, lo que obligaría a los menores a llevar al menos una de repuesto en la mochila.