Un grito. Un puñetazo. Llanto. Gritos desesperados por ayuda. Así fue como 220 pasajeros vivieron momentos de puro pánico en el interior de un avión de TUI que cubría la ruta Gran Canaria–Birmingham. Era la madrugada del martes cuando un pasajero, presuntamente ebrio, agredió violentamente a una miembro de la tripulación, desatando el caos en el interior de la cabina.
Todo comenzó cuando el avión iniciaba el aterrizaje. El hombre, fuera de sí, se levantó de su asiento gritando que el avión se iba a estrellar. Se dirigió al baño, ignorando a una azafata que le ordenó permanecer sentado. Volvió a sentarse. Luego se levantó otra vez. Y entonces, sin previo aviso, golpeó a la azafata en la cara, según ha informado el periódico británico The Sun.