Más de quinientas mujeres llegaron a una sala del hospital Clínic de Barcelona el año pasado. Más de la mitad tenía menos de veinticinco años y había sufrido una agresión sexual en una noche de fiesta que acabó en un domicilio.

Aunque el diecisiete por ciento de los casos se produjo dentro de una discoteca. Todos los trabajadores deben estar formados para saber cómo ayudar a la víctima. Para tres de cada diez es muy difícil tomar en ese momento una decisión. Coordinación para que la violencia sexual no se quede en la sombra.