Puede que no sea una simple manía la de esos conductores urbanos que, en un semáforo que se pone en verde, perciben que los patinetes eléctricos salen cada vez más deprisa. Por entre 10 y 150 euros, cualquier propietario de uno de esos vehículos puede conseguir que se lo truquen para que corra a más de los 20, 25 o 30 kilómetros por hora que, según en qué ciudad y vía, permite la ley.