Durante el gran apagón que paralizó parte de España, el municipio de Brazatortas se convirtió en un refugio solidario para más de 1.000 pasajeros de trenes AVE y Ouigo que quedaron varados en sus vías.
El alcalde, Pablo Toledano, destacó la "ola de generosidad" de los vecinos, que abrieron sus casas y ofrecieron agua, comida y alojamiento. Hostales, casas rurales, tiendas y restaurantes colaboraron espontáneamente, mientras el Ayuntamiento coordinó medios y vehículos para atender a todos los afectados.
La movilización se desencadenó cuando un tren de Ouigo con más de 400 pasajeros a bordo, quedó inmovilizado en las cercanías de la subestación de Brazatortas y "la solidaridad de los vecinos se desató espontáneamente", relata Toledano, organizándose "por cuenta propia para acercar botellas de agua y primeros víveres hasta las vías".
Testimonios como “nos han tratado como si fuéramos de la familia” o “nunca olvidaremos a esta gente” inundaron las redes, agradeciendo el gesto.