La escarcha que cubre los campos es una imagen que confirma el rigor que castiga pueblos como Camalocha, en Teruel. “En algún momento del invierno siempre nos ponemos a -15 grados”, dice una mujer. “He ido a por el pan a las 11:00 de la mañana y estaba todo helado”, se queja otra. En esta zona han sufrido las mínimas más extremas del país en localidades que no son alta montaña. “En Aralar no había nieve así desde hace 50 años, por lo menos”, cuenta un hombre que regresa de un paseo por el bosque en esta zona de Navarra. Por sus laderas hasta la tabla de surf sirve para deslizarse. En Salvatierra (Alava), la sensación térmica es de -8, y aún más extrema en el interior de Cantabria. Hace tanto frío que la nieve cae en forma de pequeños cristales en lugar de copos. Ocurre en Hoz de Aviada, a unos 1000 metros de altitud. A una altura similar, pero en Asturias, vemos helarse el agua sin llegar al suelo al salir de las tuberías. Es la localidad de Sotres, en la vertiente asturiana de los Picos de Europa.