Luis tiene que entrar a oscuras en su casa. No hay luz en el descansillo. Tampoco para el ascensor, imprescindible para su mujer, que tiene problemas de movilidad y acude a un centro de día. En su casa apenas tienen agua y tienen problemas para ver la tele porque la antena del edificio está partida. Todas estas calamidades las padecen él y su mujer desde hace un mes, cuando cortaron la luz del edificio por falta de pago de los nuevos propietarios.