En Madrid los jóvenes hacen ruido. Es el objetivo de las protestas que han recorrido el mundo de un lado a otro. Ruido para denunciar que se acaba el tiempo, que el cambio climático es una emergencia real. Al otro lado del planeta, en Sidney, un grupo de personas escenifican la muerte de las abejas. Mientras otros, disfrazados de apicultores, cortan el tráfico hasta que son sacados a la fuerza por la Policía.