Con las precauciones propias tras un suceso, los visitantes vuelven a recorrer la playa de las Catedrales. Todos saben que el sábado murió una turista cuando le cayó una piedra en la cabeza. Hoy varios testigos critican que no hubiera servicios de emergencias cerca, y los expertos alertan de que tras las últimas lluvias los acantilados son aún más peligrosos que antes.