La ocupación hotelera media para la Semana Santa roza el 80%. En los días centrales se acerca al lleno en muchos establecimientos. Cobra protagonismo el turismo termal. En un balneario, sólo hay que dejarse llevar. Es una apuesta segura sin mirar al cielo. El turismo rural crece respecto al año pasado. Una oferta a la que se acogen, sobre todo, las familias. Pero las ciudades que aúnan procesiones y oferta cultural y gastronómica también esperan ocupaciones muy altas. Los cámpines son una apuesta diferente y más económica para disfrutar de la naturaleza estas vacaciones.