Ni es vaca lechera, ni comestible, Margarita es un animal de compañía. Se crió al lado de varios vecinos de Tortosa y hace dos días una asociación animalista se la llevó, sin permiso, a un santuario de Tarragona. Allí la tienen bajo custodia para evitar que la Generalitat la sacrifique, porque no tiene papeles y no se autorizó su traslado. Los animalistas y sus cuidadores no van a permitir que eso pase y más de 170.000 firmas les avalan. Niños criados junto a Margarita y a los que tanta compañía ha dado, cuentan las horas para que llegue el ansiado indulto de la vaca más conocida de España.