Todo ocurrió durante la noche de este domingo. Miguel Ángel Vilarinho, de 52 años, en posesión de un arma de fuego, se atrincheraba durante tres horas en la casa de su expareja en la localidad de Cangas, en Pontevedra, y amenazaba con quitarse la vida. La Guardia Civil trató de hablar con él sin éxito. En el transcurso del encierro, que duró hasta la medianoche, el hombre disparó dos veces su arma: contra la primera patrulla que llegó hasta la vivienda y una segunda vez contra sí mismo, hiriéndose en el hombro. Una ambulancia trasladó a Miguel Ángel hasta el hospital, donde falleció alrededor de las 2.30 horas de la madrugada.