Itzíar y su marido se casaron en régimen de separación de bienes. Se separaron, pero renovaron la convivencia durante seis años: desde 2007 hasta la sentencia final de divorcio en 2013. Durante ese período de tiempo, Itzíar dejó su trabajo y se dedicó en exclusiva a las tareas domésticas. Su ahora exmarido, continúo con su trabajo e incrementando su patrimonio personal. Itzíar se quedó sin nada. Pero logró una pensión compensatoria y reclamó por los años de trabajo gratuito. La Audiencia de Cantabria le compensa ahora esos seis años de trabajo doméstico y condena a su marido a pagarle 23.628 euros. Una indemnización calculada con el salario mínimo interprofesional, reducido al 50 por ciento, ya que el tribunal considera que la mujer también se benefició de ese trabajo en el hogar.