Sus gestos, su lucha, su reto, su filosofía y el dolor de su pérdida no han caído en saco roto. Hoy gracias a él la gente vive de otra manera. Esta mañana muchas personas han ido a a donar y se está más cerca de alcanzar el millón de donantes de médula. El efecto Pablo Ráez no se ha apagado. Por todo esto, Marbella homenajea mañana al joven cuyo legado vivirá siempre.