Se sienten orgullosas y lo han demostrado. Sobre la pasarela, ellas. Enfermas de cáncer de mama desfilando para una marca de lencería con la que se sienten bellas y, según se creadora, descaradas. Modelos especiales creados por nadie mejor que quien también sufrió, a los 27 años, la enfermedad. Porque nada tienen que ocultar. Ni las cicatrices que deja una mastectomía. No quieren pasar de puntillas por su enfermedad. Algunas de ellas sin haberse curado todavía. Pero aquí han demostrado que se puede derribar cualquier barrera.