Todos expectantes ante el número de la gran serpiente del Circo de Francia cuando un hombre empieza a gritar. Es un animalista al que intentan acallar subiendo la música, pero aparece en escena otra activista. Acaban metiéndose en la pista y les invitan a marcharse por megafonía. Animalistas protestando, familias con niños estupefactos y trabajadores asombrados montan el espectáculo. “Son animales que viven toda su vida maltratados y metidos en jaulas pequeñas. Tenemos que poner voz a todos esos animales que están sufriendo”, nos asegura Josetxo Sagarra, activista del grupo animalista PETA Navarra.