En el fondo hay un manto de conchas, cientos de cuerdas plagadas de mejillones y vida, mucha vida. Esto es lo que esconden las bateas gallegas, que desde la superficie parecen enormes estructuras de madera pero que, bajo el agua, esconden su parte más secreta y fascinante. En las rías gallegas se esconden unas 3.000 bateas llenas de mejillones, de las que salen cada año unas 250.000 toneladas de estos moluscos. El silencio, la luz y un entramado de vida marina es el escenario que crean las bateas.