Menores de entre 13 y 18 de años que se van de casa de manera voluntaria para terminar volviendo en el plazo de 5 días. Si en ese tiempo no se tiene noticias, la situación se complica y saltan todas las alarmas. Entonces puede que no se hayan ido voluntariamente y, además, encontrarlos es mucho más difícil. La adolescencia es la edad más frecuente en que se dan estos comportamientos. Suelen ser menores que quieren llamar la atención, no saben gestionar un conflicto familiar o personal, o simplemente romper con lo establecido y se van de forma voluntaria. La escasa tolerancia a la frustración de nuestros jóvenes y la falta de autoridad paterna puede estar detrás de este aumento de casos.