Sin fuerzas para ir a Angrois por el dolor de la pérdida, tres años después, Gustavo, acude por primera vez a la curva maldita. Su mujer fue una de las 81 víctimas mortales de ese tren Alvia que se salió de la vía la tarde del 24 de julio de 2013. Una pérdida, un vacío irreparable, imposible de olvidar, y en el que sólo cabe ya, según las víctimas, la justicia y la verdad sobre el siniestro, precisamente, lo que denuncian que se les ha negado hasta ahora.