Sería el último escenario posible pero desde el 1 de febrero puede ser una realidad. El Ayuntamiento de Madrid podrá prohibir circular al 100 por cien de los vehículos pero sólo se llegará a esto en situaciones extremas: cuando la contaminación sea persistente y se superen los niveles máximos durante tres días seguidos. Además la previsión meteorológica tendrá que ser muy desfavorable. Es la medida más llamativa del nuevo protocolo del Consistorio madrileño. Es más restrictivo que el de Ana Botella porque el nivel de alarma por la polución saltará antes.