Las fiestas navideñas son sinónimo de excesos. Las comidas copiosas, la práctica de menos ejercicio físico y un mayor consumo de alcohol pueden llegar a incrementar hasta en un 10% los niveles de colesterol en sangre. Según la Guía Europea sobre Prevención de la Enfermedad Cardiovascular es aconsejable que el colesterol total no supere los 190 mg/dl y el colesterol LDL (conocido como “malo”) esté por debajo de 115 mg/dl en la población general para reducir uno de los riesgos de aparición de enfermedades cardiovasculares. Es por ello que la Fundación Española del Corazón recuerda la importancia de cuidar la salud cardiovascular tras los excesos de la Navidad impulsando una campaña de sensibilización bajo el hashtag #enemigoinvisible y destacando el papel fundamental de la alimentación equilibrada y el ejercicio físico practicado de manera regular.