Seis y cuarto de la tarde. Un hombre con el rostro cubierto entra en la gasolinera para robar; ni siquiera le importa que haya clientes, pero el susto comienza cuando el ladrón saca un cuchillo de grandes dimensiones y amenaza a los empleados. A golpe de extintor, éstos intentan disuadile, pero no hay manera; consigue llegar hasta la caja y llevarse la recaudación. El ladrón se marcha con un botín de unos 150 euros. La Guardia Civil continúa buscándolo.